¿Cali sin Tierras?
Es la oportunidad de generar una
planificación futurista regional.
Así presentó recientemente el canal regional
el tema en su noticiero de Tele pacifico Noticias. Calificados expertos en
planificación urbana coincidieron en afirmar que la complejidad del tema no es
únicamente de ampliación del perímetro urbano ni de re densificación urbana. Corresponde,
en parte, a la falta de una planificación regional unificada con visión a
futuro. También debe sumarse el limitante presupuestal de ampliación de
servicios públicos a zonas de expansión, infraestructura vial e incuestionable
realidad migratoria hacia centros urbanos, siendo Cali gran receptora del
suroccidente colombiano y costa pacifica.
El crecimiento informal y desordenado,
forzado por el desplazamiento masivo hacia la ciudad, asentándose
principalmente en zonas declaradas por la misma oficina de Planeación Municipal
de alto riesgo no mitigable, acrecientan la problemática. La falta de
planificación, control urbano y vigilancia policiva han permitido invasiones
permanentes, las cuales además de carecer de servicios básicos, presentan altos
riesgos catastróficos por la inestabilidad propia del terreno.
Este fenómeno de ilegalidad en asentamientos
informales ha demandado al municipio y sus entidades, desbordadas inversiones
no planificadas, ni presupuestadas, a un excesivo costo de dotación de
infraestructura básica.
No obstante esta palpable y diaria realidad
del desplazamiento rural hacia la ciudad, las oficinas de planeación municipales,
departamentales, de las empresas públicas, de las secretarias de vivienda, el
sector gremial de la construcción y juntas comunales están dedicados a ejercer
actividades administrativas en vez de coordinar articuladamente un frente común
planificador.
Las recientes tragedias causadas por la
inclemencia invernal, propia de la temporada de lluvias tropicales, deben servir
de alarma a las autoridades para abordar de frente el tema, contando con
recursos y asignaciones presupuestales nacionales para mitigar los riesgos
inherentes.
El desbordado crecimiento urbano demanda un
nuevo enfoque de planificación. Las poblaciones vecinas, hoy convertidas en
ciudades dormitorios, deben formar parte de un ente común encaminado a responder
ordenada y formalmente la conurbación.
Es el momento de liderar programas de
planificación regional, generar espacios necesarios para crear la zona
metropolitana de la ciudad-región, integrando proyectos de envergadura de
infraestructura de servicios públicos, ambientales, interconexión vial y
sistemas de transporte masivo intermunicipales, entre otros.
La autoridad ambiental regional, ejemplo de
autonomía y profundo conocimiento técnico, debe liderar este proceso de
coordinación y articulación planificador.
El futuro de la región no puede quedar en
lamentaciones de falta de tierras, sino contrariamente, ejerciendo visión de un
desarrollo social, económico y sostenible aprovechando la incuestionable
oportunidad de nuestra privilegiada
ubicación geográfica.
Es la oportunidad de generar una
planificación futurista regional.
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