El descalabro financiero de la reforma pensional

 


Gustavo Petro es el mago hechicero de la distracción. Su incendiario y megalómano discurso del 1º de mayo, culpando a los demás por desgracias infundadas de igualdad, equidad y diferencias étnicas, busca desviar la opinión a su falta absoluta de gobernanza. Pareciera que aun estuviera en campaña, o en diatribas populistas de su paso por el legislativo. En sus casi dos años de gobierno, con una ejecución presupuestal del 9,1% al 31 de marzo (2024), el peor registro de los últimos años, deja descubierto su ineficiencia como gobernante, realidad que pretende ocultar con su prolífica, engañosa y agresiva locución. 

 

De alguna forma, sus proyectos de iniciativas y reformas legislativas en salud, laboral, pensional y otros, totalmente alejados de la realidad, sencillamente se justifican en fundamentalismo ideológico con precaria sustentación alguno y de dudosa viabilidad fiscal.

 

Si bien la reforma a la salud sufrió un revés en el Senado al declararse archivada, no fue así con la reforma pensional. Esta última, con estrecho margen, logró su paso para continuar trámite en Cámara.

 

La reforma pensional propuesta, que, por lógica, debía ser posterior a la reforma laboral, no es una iniciativa social. Sencillamente debe enmarcarse a un ejercicio matemático y estadístico de sostenibilidad financiera en el tiempo. En ninguno de los documentos de estudio y análisis hay información fehaciente de la tendencia de transformación invertida de la actual pirámide. Tampoco se proyectan escenarios de la bondad de extender la edad mínima de pensión, debido a la mayor expectativa de vida. La simulación de menos aportantes y más pensionados podría dejar a los jóvenes aportantes de hoy desprotegidos al llegar a su edad de pensión. Por ello, el gobierno considera necesaria a mediano plazo otra reforma pensional.

 

El primer pilar de la iniciativa, fundamentado bajo el principio constitucional de seguridad social, es entregar una renta básica mensual de $ 230 mil mensuales (la quinta parte del salario mínimo), atendiendo a las personas que no pudieron ahorrar para alcanzar la pensión. El segundo pilar pretende entregar una pensión vitalicia, a quienes no alcanzaron el numero de semanas. Ambos pilares deben convertirse, en un subsidio directo, con cargo al erario, similar a las decenas de subsidios vigentes, entre ellos “pagar por no matar”. Para ello no debe emplearse el ahorro aportado al régimen pensional por los empleados formales. 

 

El tercer pilar que pretende que todos los cotizantes aporten parcialmente al fondo estatal, es restringir, no solamente la libertad de escoger entre el régimen estatal o privado, sino la falta de garantía del buen uso de los recursos entregados al estado y que no se conviertan en despilfarro estatal. Con el ánimo de salvaguardar el ahorro se pretende disfrazar entregando al Banco de la Republica su manejo. ¿Acaso es función del Banco Central? Además de inconstitucional, su función es legislar sobre política monetaria, no administrar recursos privados. 

 

A través de los fondos privados se ha logrado incentivar el ahorro progresivo, indispensable para el desarrollo económico del país. Bajo la equivocación conceptual concebida en el proyecto pensional, el ahorro privado de los fondos privados, que hoy (2024) sobrepasa los $ 430 mil millones, dejaría de apalancar inversiones en infraestructura, en papeles del propio estado, y lo más grave, sepultaría el incipiente mercado de capitales, al cual hoy aporta el 41% de su composición. Crear o duplicar las actuales sofisticadas plataformas técnicas de administración de inversión sería otro fiasco de improvisación. En la historia del país se ha probado hasta la saciedad la ineficiencia administrativa estatal.

 

Colpensiones, no tiene la capacidad administrativa, tecnológica y técnica de pasar de 6 millones a 25 millones de usuarios. Potencialmente se podría generar un peligroso riesgo de pérdida del ahorro, como sucedió con el antiguo Seguro Social, donde irresponsablemente se dilapidaron incalculables semanas aportadas, recursos que difícilmente fueron recuperados por los aportantes.

 

https://guillermoulloatenorio.blogspot.com/2022/09/gravar-pensiones-ademas-de.html

 

La responsabilidad del descalabro financiero de la reforma pensional está en la prudencia legislativa que esperamos de nuestros congresistas. Ojalá no se dejen tentar por las coimas que ofrecerá el ejecutivo.

 

Foto cortesía caliescribe.com


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