Colombia convertida en narco estado
Se conoció oficialmente el informe anual
sobre narcotráfico, entregado por el Departamento de Estado al Congreso de
Estados Unidos. Con tristeza y preocupación el referido documento expone un
incremento del área cultivada en coca de un 42% en 2015 comparada al año
inmediatamente anterior.
Textualmente dice el informe, “Colombia
es el primer productor mundial de cocaína, así como un país fuente de heroína y marihuana. Aunque el
Gobierno colombiano continúa contrarrestando la producción y el tráfico de drogas
ilícitas a través de las operaciones de erradicación, la agresiva interdicción
y la actividad policial, la producción potencial de cocaína en 2015 aumentó en
un 60 % a 495 toneladas métricas”
Las cifras estimadas para el año 2016 son aun
más preocupantes, situándose el área cultivada alrededor de 200 mil hectáreas, extensión
comparable con el cultivo de caña de azúcar del Valle del Cauca, e incremento de
producción de cocaína, superando las 1,200 toneladas métricas.
La equivocada eliminación de fumigación con
glifosato, aludiendo razones de salud, cuando productos similares son
utilizados en la agricultura tradicional, es uno de los factores del incremento
en el área cultivada. La dispendiosa erradicación manual tan solo llega
aproximadamente a 12,000 hectáreas anuales, equivalente al 6% del total de
área.
El Centro de Estudios del Occidente
Colombiano, CENOC, planteo, en informe documentado reciente, la hipótesis que “existe
una relación directa entre las zonas de cultivos ilícitos y la votación por el
“SI” en el plebiscito del 2 de Octubre de 2016”. (http://www.cenoc.org/)
En la implementación de los acuerdos de la
Habana, a través del mecanismo de fast track, avalado perspicazmente por la
Corte Constitucional, el Congreso Nacional pretende permitir, obligando al
estado y sus entidades cumplir cabalmente con las excesivas concesiones del
acuerdo durante los próximos tres gobiernos.
No solamente está en juicio la entrega
ideológica de una nación forjada democráticamente y su institucionalidad hacia
un fracasado modelo del socialismo del siglo XXI sino la independencia del
estado en asumir funciones en defensa de sus constituyentes.
Favorecer el narcotráfico ante el
incontrolado y escandaloso aumento, en aéreas
cultivadas y rentabilidad, con sus implicaciones hacia la población civil
urbana, registrando altos índices de consumo y delitos asociados es la espalda
que las mayorías “enmermeladas” del Congreso están dando a la nación que los
eligió.
La entrega del poder judicial, incorporando
al bloque de constitucionalidad la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP), en
conveniencia del narcotráfico y sus delitos conexos, permitiendo presencia de
jueces extranjeros sin interferencia de órganos de control nacionales, específicamente
el Ministerio Publico de la Procuraduría, creado constitucionalmente para representar
la sociedad ante la justicia garantizando los derechos fundamentales de los
implicados y víctimas es un certero y bajo golpe a la Constitución y nuestra soberanía
nacional.
Incorporar la
totalidad de los acuerdos es convertir la nación en un narco estado.
De acuerdo. Un acuerdo con narcoterroristas q esta x encima de la Constitución no es una democracia es un narco estado.
ResponderEliminarGracias por tu comentario. Santos nos llevò a ese abismo
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