El regreso triunfal de Trump a la Casa Blanca


Donald Trump (1946), el 45º presidente de Estados Unidos en el periodo 2017-2021, consideró su proyecto político no había terminado y maduró la posibilidad de regresar a la presidencia.

 

En los últimos cuatro años, defendió su administración y enfrentó infinidad de procesos judiciales que buscaban truncar e inhabilitar sus posibilidades políticas. Arriesgó, en campaña, fallidos atentos de asesinato en su contra.

 

Surtió con aguerrida constancia la adversidad. No se dejó acorralar. Su resiliencia fue probada permanentemente. Con su característico estilo bravucón y desafiante encaró cada uno de los procesos sin perder la visión de aspirar nuevamente a la presidencia norteamericana.

 

Acudió al descontento general y sentimiento patriótico, especialmente la inmensa población marginada de zonas rurales, aquellos que representan principios de libertad, oportunidades, principios, valores y familia, en devolverle grandeza al país con sus siglas en inglés, MAGA (Make America Great Again), traducido Haz los Estados Unidos Grande Otra Vez

 

Con los tradicionales medios de prensa, de las densamente pobladas áreas metropolitanas del país, y sus secciones de opinión en contra, como habían sido las posturas asumidas en su primera administración, no dudó en contraponer y esquivar sagazmente los ataques sistemáticos.  

 

Desnudó y criticó objetivamente los desaciertos de la política gubernamental, tanto domestica como externa, del partido demócrata, el cual había dominado en las administraciones de Barack Obama (2009-17) y Joe Biden (2021-25).

 

La debilidad del partido demócrata en no ofrecer un candidato diferente, y desesperadamente mantener el control burocrático y excesiva contratación estatal, acudieron a considerar la reelección de Biden (1942). Su precario estado de salud físico y mental fue notorio en los debates televisivos. Ante este hecho protuberante las directivas consideraron prudente su renuncia a la campaña presidencial y en su lugar nominaron a la vicepresidente actuante, Kamala Harris (1964).

 

Nuevamente los medios tradicionales urbanitas respaldaron la aspiración de Harris, inflando y desviando su verdadero potencial electoral, acompañadas de amañadas encuestas que le daban el triunfo. El error conceptual se reflejó en los resultados electorales.

 

Una verdadera trifecta.

 

Trump ganó el voto popular (50,1%); el voto del colegio electoral 312 votos contra 226 de Harris; las mayorías del sistema bicameral de Senado; 53 senadores republicanos y 47 demócratas; y por estrecho margen la Cámara de Representes con 218 miembros a su favor y 212 del partido opositor, además una Corte Suprema amiga.

 

Sus primeras declaraciones y nombramientos no han sido improvisados. En búsqueda de un eficiente modelo de estado nombró a los emprendedores, Elon Musk aportante a su campaña, y Vivek Ramaswamy, hijo de migrantes hindúes y precandidato presidencial republicano, asesores del nuevo Departamento de Eficiencia Gubernamental DOGE, por sus siglas en inglés, buscando reducir el tamaño del estado, suprimiendo el derroche burocrático presupuestal de decenas de inútiles oficinas gubernamentales.

 

Al senador cubano americano Marco Rubio lo nombró secretario de Estado, con asignación de relaciones exteriores. Su firme postura contra las dictaduras socialistas latinoamericanas hará temblar los regímenes dictatoriales y absurdas posiciones del gobierno socialista de Petro. Con el respaldo del presidente Trump no dudará en imponer ideas libertarias en contraposición de la debacle ideológica de un obsoleto marxismo.

 

Trump es el contrapeso que permitirá el balance de poder en el contexto global.

 

Combatirá la migración ilegal premiando la legalidad. Estados Unidos es receptor de hordas migratorias que distinguen el trabajo honesto, creatividad, libertades, familia, contribución al sistema y aportes a la comunidad. Refrendado por millones de migrantes que por siglos han gozado prosperidad y oportunidad, creando ejemplar modelo de desarrollo social y económico inspirando el  “sueño americano”.

 

El regreso triunfal a la Casa Blanca es el premio a la constancia, resiliencia, eficiencia, libertades de mercado y del individuo. Es el regreso a principios y valores básicos milenarios de la humanidad que en contraposición otras ideologías quieren imponer de estatización, género indeterminado, pobreza y supresión de libertad.



 

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