La Recta Final
Finalizando el plazo de inscripción de
candidaturas a gobernaciones y alcaldes, la ciudad presencia una variada alternativa
de candidatos, de un sinnúmero de tendencias ideológicas, diversa procedencia, formación
académica y edades.
Hoy han presentado su propósito de postularse al primer
cargo municipal siete candidatos, el mayor número de aspirantes desde la primer
elección popular de 1988, cuando la ciudad tuvo trece candidatos.
En esa ocasión, el alcalde liberal elegido
obtuvo su victoria con una votación ligeramente inferior al 30% de votantes, en
una ciudad de 1.5 millones de habitantes. La contienda del año 1990, en la cual
el número de aspirantes se redujo a cinco, las divisiones del partido liberal
favorecieron la elección de alcalde conservador, con sorprendente mayoría de 11
integrantes liberales al Concejo Municipal. En elecciones posteriores se fueron
reduciendo el número de candidatos, facilitando al electorado la elección, con
máximo tres candidatos. En los últimos años la tendencia de reducir aspirantes llevó
dos candidatos fuertes a la disputa final.
Cali, hoy con 2.5 millones de habitantes y un
potencial electoral de 1.6 millones votantes, goza de un variado abanico
electoral. Sin embargo, la problemática de la complejidad urbana, difícil
convivencia y actual coyuntura nacional, difiere diametralmente a los
anteriores procesos. En el fervor democrático actual de la ciudad los
candidatos deben presentar planes y proyectos concretos, con visión de largo
plazo, para consolidar una ciudad-región que en pocos años la convertirán en
“mega ciudad” latinoamericana con más de 10 millones de habitantes.
El electorado no puede equivocarse en este
proceso histórico que tendrá como misión proyectar la ciudad hacia un ordenado
crecimiento y desarrollo. Está en juego la existencia y supervivencia de una
ciudad marcada por su destino colonial de cruce de caminos.
No puede confundirse la simpatía, jolgorio,
ansia de poder, victimización, lucha y desequilibrio social, criticas, entre
otros, del discurso electoral de los aspirantes con la realidad del perfil
ejecutivo del gobernante que la ciudad requiere.
Por encima de tendencias, contiendas
partidistas y muestras de poder, la ciudad necesita un renovado modelo
gerencial, con visión de futuro, construyendo de manera conjunta
soluciones a los problemas que aquejan la ciudad o amenazan con perturbar de
manera grave su sostenibilidad y convivencia.
El gran desafío es proyectar la
ciudad que queremos para los próximos 20 años, cuando Cali estará cumpliendo su
primer medio siglo de existencia.
La probada experiencia en cargos
públicos, una solida formación académica, un conocimiento de la complejidad
política, trabajando al unisonó en equipo y liderando procesos de cambio, enmarcados
bajo principios fundamentales de equidad, fraternidad, justicia, libertad y
orden, forman parte del perfil del gobernante que la ciudad requiere y se
merece.
Analicemos cada uno de los
aspirantes. Elijamos en conciencia. Las futuras generaciones nos agradecerán
siempre.
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