Subsidio al usuario NO al operador del MIO


Los sistemas de transporte masivo son solución para movilización de poblaciones urbanas. Su implementación ayuda a reducir la congestión vehicular, contaminación ambiental y accidentalidad. Su competitividad depende básicamente del cubrimiento espacial y optima satisfacción al usuario, disputando la demanda con otros medios de transporte particulares, en especial vehículos, motocicletas, buses convencionales y algunos medios informales.
La infraestructura requerida para el sistema es aportada por el estado y entregada en concesión a operadores privados para su explotación económica. Es el subsidio más importante a los operadores en la implementación del sistema financiado a través de recursos de la sobretasa a la gasolina.
La operación del sistema colombiano, a cargo de operadores privados, se basó en infundada premisa de auto sostenibilidad, con cargo exclusivamente a la tarifa cobrada al usuario.
La implementación y estructuración del MIO, en Cali tiene más aciertos que errores. Su trazado de aproximadamente 250 kilómetros se proyectó para asumir el 72% de la demanda y un cubrimiento espacial del 97% de la zona plana de la ciudad. Se planteó la integralidad de todos los medios convencionales existentes, proceso aun inconcluso, y consecuentemente se establecieron rutas troncales, pretroncales, alimentadoras e infraestructura de estaciones.  
La falla estructural sobresaliente es fundamentar la demanda, y por ende todo el modelo económico y de negocios, sobre la irrazonable proyección de un millón de viajes diarios y tarifa sin subsidio. Otro error radica en no concluir las troncales alimentadoras de zonas populosas del oriente y ladera de la ciudad acompañada de políticas claras de integralidad de transporte con los municipios vecinos dormitorios. Los contratos de operación y recaudo deben revisarse para fomentar la demanda. METROCALI, debe abordar una serie de correctivos, referidos anteriormente, en columna titulada, “MIO y el inicio de las ventanas rotas” (http://guillermoulloatenorio.blogspot.com.co/2016/05/mio-ante-el-inicio-de-las-ventanas-rotas.html)
En el contexto norteamericano solamente el 2%, de un universo de 1800 sistemas de transporte masivo, son auto sostenibles, con pérdida operacional entre US$ 2.83 y US$ 6.63 por usuario, asumidas por el estado para brindar una tarifa subsidiada que permita competitividad frente a todos los medios de transporte generando una demanda sostenible al sistema.
El mejor raciocinio de la infundada demanda caleña es compararla con la ciudad de Nueva York. Esta urbe, con población metropolitana de 24 millones, uno de los sistemas más antiguos y consolidados del continente, iniciado en 1904, una extensión de 1500 kilómetros, oferta 24 horas diarias, realiza 5,5 millones viajes diarios con tarifa de US$ 2.75. Difícilmente Cali con la decima parte poblacional, la sexta parte en extensión, sin integralidad regional y tarifa equivalente a US$ ,60 es viable bajo el modelo actual.
Lamentablemente el proyecto de acuerdo presentado al Concejo carece de elementos conducentes a mejorar e incrementar la demanda de pasajeros. El subsidio propuesto favorece a los operadores, socializando las perdidas proyectadas, convirtiéndose en “barril sin fondo”, cuando se agote la “provisionalidad” prevista en la motivación sin garantizar la recuperación del sistema.
La proyección de una tarifa de $ 2,140 debe aplicarse subsidiando en $ 640 al usuario directamente, situación jurídicamente viable, dejando el valor del pasaje en $ 1,500, estimulando la demanda y mejorando su competitividad frente a las otras modalidades de transporte formal e informal.

Contrariamente y de no modificarse la iniciativa, la aprobación conlleva riesgos sancionatorios y penales para los Concejales y sería la antesala de un suicidio político.

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