$40 mil millones botados
El valor de la consulta es equivalente al
costo de 30 millones de desayunos escolares.
El camino electoral para las elecciones
presidenciales de 2018 ha despertado el interés de una treintena de calificados
ciudadanos que aspiran gobernar el país. Todos los partidos que conforman el
extenso abanico han acudido a diferentes mecanismos selectivos, perfilando su
candidato presidencial e inclusive algunos recolectando firmas.
La norma electoral colombiana contempla
varias posibilidades encaminadas hacia una selección democrática de candidatos
presidenciales. Ante el fracaso de consultas internas, convenciones, encuestas
o sencillamente un acuerdo entre concursantes, puede acudirse a un mecanismo
abierto coordinado por la Registraduría Nacional, conocido como consulta
popular, mediante la cual pueden sufragar los ciudadanos inscritos en el censo
electoral vigente.
El Partido Liberal colombiano, fundado en
1848, ha sido pilar fundamental de la más antigua democracia latinoamericana.
Ha librado incontables batallas electorales con el Partido Conservador, fundado
un año después. Ambos han escrito la historia democrática del país por casi
ciento setenta años.
El Partido Liberal fue el único que se
abstuvo de acudir y emplear proceso interno alguno y optó por la Consulta
Popular.
Ante la grave situación fiscal por la cual
atraviesa el país, el costo de dicha consulta estimada inicialmente en $ 85 mil
millones de pesos se redujo a la cifra aproximada de $ 40 mil millones, empleando, tan solo, el 40% de la estructura
electoral prevista, reduciéndose de 30 mil mesas de votación a 11 mil.
El valor de la consulta es equivalente al
costo de 30 millones de desayunos escolares.
Inversión inocua y prolija que podría
solventar las necesidades poblacionales del 18% de la población calificada como
de extrema pobreza o el 38% de pobreza multidimensional. Recursos con los
cuales se pueden construir cuatrocientas viviendas gratuitas, o aliviar el
“hueco” pensional, o construir acueductos veredales, o subsidiar programas de
sustitución de cultivos ilícitos.
Sin embargo los dos tercos pre-candidatos, el
caldense Humberto de la Calle, celebre negociador de los acuerdos de paz de La
Habana y el santandereano Juan Fernando Cristo, articulador político e
implementador de los acuerdos como Ministro del Interior del Presidente Santos,
sometieron al país al oneroso e innecesario gasto de la consulta popular.
El egoísmo e “importaculismo” de los
candidatos y las directivas, sumados al cinismo que Ernesto Samper le imprimió
al mismo partido, salió como petardo de tiro de culata.
Los dos candidatos y el Partido Liberal se
dejaron contar. 700 mil votos o el 2% del censo electoral.
La fuerza institucional del Partido se
enterró con los $ 40 mil millones que gastaron del erario.
Coletilla
¿O sería que buscaban lucrarse, por
reposición de votos, con $ 3 mil millones adicionales?
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