Avenida Cañasgordas será ciclo vía


El desmedido afán de la Secretaria de Movilidad del Municipio en buscar soluciones de movilidad propone convertir la Avenida Cañasgordas en complemento de ciclo vía. Si bien es cierto la población estudiantil de las universidades se beneficiaría teniendo condiciones más seguras de movilidad, no puede la iniciativa restringir aun más la estrecha vía.
Para los más de cien mil usuarios diarios de este importante corredor, la solución está lejos de contribuir a la descongestión vehicular. Contrariamente, reducir el espacio de sus carriles vehiculares, existiendo alternativas mejor aprovechadas, congestionará aun más el viacrucis que padecen los miles de conductores.
Si bien es cierto la Ley 1083 de 2006 y el POT vigente priorizan y dan prelación a modos alternativos de transporte como el caso de la bicicleta, la iniciativa debe ir acompañada de una infraestructura integral convirtiéndose en un sistema de transporte que permita conectividad y comodidad.
La ciudad, con potencial de un sistema de ciclo rutas en extensión superior a 400 kilómetros, apenas cuenta con escasos 30 kilómetros debidamente adecuados para la movilidad segura de bici usuarios.
Recorrer la ciudad hoy en bicicleta es una odisea.
Los principales corredores de movilidad carecen de continuidad en la incipiente infraestructura de bici rutas. Por ejemplo, la ciclo ruta de la Calle Quinta, por falta de solucion que conecte la ruta, se ve interrumpida a la altura de la Autopista Sur Oriental. Al llegar a la Plaza de Toros desaparece por completo. En la Avenida Pasoancho, la ciclo ruta, por falta de un sencillo puente, no tiene continuidad a la altura del Rio Meléndez, finalizando abruptamente a la altura de la Carrera 70, pese a existir espacio para dar continuidad en su trayecto hasta el centro.
En el centro histórico de la ciudad la infraestructura es inexistente. En sentido norte sur, la Calle 1, las avenidas Colombia, Sexta, Sexta A, Américas, Segunda, Tercera y Cuarta Norte, con espacio suficiente para ciclo rutas o ciclo bandas, ni siquiera están demarcadas, sencilla obra de enlucimiento, pintura, señalización y bajísimo costo de ejecución. Igual sucede con las Calles 25, 44, 52, 73 (Avenida Ciudad de Cali), y en sentido oriente occidente, la Carrera Octava (Corredor Verde-Viche), Transversal 103, Carrera 25, 27, atravesando en parte el Distrito de Agua blanca y Desepaz, e interminable lista de posibilidades adicionales.
No se requieren amañados estudios de movilidad adicionales cuando el POT, el PIMU e innumerables documentos en la Dirección de Planeación, Metrocali y la Secretaria de Transito reposan en polvorientos anaqueles, mientras la ciudad reclama y exige ejecución.
La administración del alcalde Armitage, a la mitad de su mandato, no puede seguir con lloriqueos sin sentido. Es momento de ejecutar. Si los funcionarios que ocupan posiciones de mando no han mostrado ejecutorias en dos años, ¿no es el momento de replantear totalmente el equipo?
Una vez retornen de vacaciones de fin de año los colegios y universidades los miles de conductores estrenaran, encontrando nuevas ciclo rutas o ciclo bandas y de paso un nuevo caos vehicular.
La Secretaría de Movilidad no puede continuar improvisando irresponsablemente.

Guillermo E. Ulloa T.                      geulloa@hotmail.com                  @geulloa            Noviembre 2017

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