Las exportaciones caen mientras las remesas suben
Según datos oficiales, las exportaciones de productos colombianos cayeron un 5,7% en el año 2019. El mayor impacto corresponde a los menores precios de los precios del petróleo, hidrocarburos y extractivas, impactando una disminución del 11,1%, comparativamente al año inmediatamente anterior. Las exportaciones totales sumaron US $ 39,501 millones.
Las exportaciones colombianas parece estar estancadas en US $ 38,000 millones anuales, desde hace cinco años.
Los esfuerzos de la política de estado de promover exportaciones de productos manufacturados no dan resultado, pese a las docenas de tratados de libre comercio suscritos, la devaluación pronunciada del peso colombiano y los esfuerzos de los Ministerios de Comercio y Agricultura.
El único sector con leve crecimiento son productos agropecuarios, aunque ellos no superan el 8% del total, comparados al 45% del sector extractivo y 46% industrial. No obstante, el ligero incremento se fundamenta en cuatro productos que jalonan la cifra; café (especiales), flores, hortofrutícola y aceites vegetales.
Tanto gobierno como sector productivo atribuyen la cifra negativa a la guerra comercial entre China y Estados Unidos. ¿Y que diríamos de los años anteriores?
Si analizáramos cruda, única e hipotéticamente el fenómeno de exportaciones, consideraríamos que la economía colombiana esta al borde de una profunda recesión, la industria manufacturera en crisis, el sector de la construcción en dificultades y el sector de servicios ante un abismo.
¡¡¡Pero no!!!
La economía crece a índices superiores a los vecinos continentales ostentando una de las cifras de crecimiento mas alentadoras de nuestra historia.
Lo que observamos es un crecimiento sostenido de remesas recibidas del exterior y un creciente turismo internacional.
El “sueño americano” bajo la administración de Trump crece a ritmos inimaginables. El desempleo se sitúa en 3.5%, la cifra mas baja desde 1969. Su crecimiento económico fue del 2.2%, lo cual tratándose de la primera economía global es imponente.
Y es ahí donde ese “sueño americano” contribuye con las remesas y nuestra economía. Del total recibido de US $ 6,773 millones, US $ 2,800 millones, un 41%, corresponden a remesas originadas en Estados Unidos y Canadá, lejanamente seguido del “sueño español” con cifra aproximada de US $ 800 millones. Como anécdota es importante resaltar que las remesas recibidas de nuestros compatriotas desde Estados Unidos superan las exportaciones de café.
Nuevamente la devaluación del dólar y los encantos naturales del país recibieron aproximadamente 4.5 millones de turistas, aportando y dinamizando el sector de servicios, construcción, transporte, gastronómicos, alojamiento e industria cultural.
La importante contribución de estos dos rubros es la intensificación del consumo personal multiestrato. Los ingresos recibidos se irrigan, principalmente, hacia el sector comercial, construcción, vehículos, salud y amplia extensión geográfica de regiones receptoras, algunas alejadas de los grandes corredores productivos del país, fortaleciendo el crecimiento económico nacional.
Mientras seguimos buscando soluciones en seguridad legislativa inversora, son nuestros expatriados quienes contribuyen en sostener los niveles de crecimiento del país.
Gracias compatriotas.
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