El mito del pico y placa

 



La Secretaría de Movilidad de la ciudad anunció como se ha hecho desde que se inició en Octubre de 2005 la restricción vehicular de movilidad mediante la aplicación del “pico y placa”. Nuevamente, como todos los semestres, se da a conocer la restricción, con la rotación de los dígitos de la placa asignados a cada día de la semana. Pero igualmente, como todos los semestres, las Secretarías de Movilidad no presentan estudios técnicos de  flujo vehicular que sustentan la medida, sino datos históricos de comportamiento vehicular, siniestralidad, mortalidad, parque automotor y calidad del aire.  Sencillamente la medida se convirtió en costumbre y la ciudadanía borrega obligada en acatar la disposición.

 

Fue en la primera alcaldía de Enrique Peñalosa en Bogotá, en el año 1998, que se introdujo el modelo, adoptado de la ciudad de México, que lo venía haciendo desde 1988. La razón de la medida temporal tuvo su fundamento en las obras de infraestructura que el sistema de transporte masivo bogotano requería. Cali copió la medida aduciendo la misma razón; las obras de infraestructura del MIO.

 

Las medidas “temporales”, se volvieron “permanentes”. 

 

Las ciudades han diagnosticado algunas soluciones e implementado, en algún momento, iniciativas similares para mejorar la movilidad sin restringirla. Se han analizado mejoramiento de la infraestructura vial, cobro por descongestión, peajes urbanos, optimización de corredores viales, mantenimiento de las carpetas asfálticas, perfeccionar el funcionamiento del sistema de transporte masivo, incentivar el uso del vehículo compartido, eléctrico o la bicicleta, pequeñas obras de algunas aproximaciones en las intersecciones viales permitiendo cruces a la izquierda, impulsar el cruce permitido a la derecha, horarios diferenciales en colegios, universidades y reparto de mercancía, entre otros. En el caso caleño puede apoyarse en modelos de simulación que la semaforización inteligente aportará. La autoridad de tránsito debe incrementar sus campañas educativas, convivencia y ejercer autoridad. Los carriles deben ser liberados del parqueo prohibido permitiendo mayor fluidez.

 

Con buen sentido práctico, Carlos Fernando Galán, ha solicitado a la Secretaría de Movilidad bogotana, realizar los estudios técnicos conducentes a optimizar la herramienta.

 

Considero conveniente y producente que a esa iniciativa se sumen los alcaldes de Medellín y Cali, para aportar las experiencias de cada ciudad. Alberto Hadad, en razón a su exitoso modelo como autoridad experimentado de movilidad, es quizás, quien mayor aportes puede brindar al proyecto. Pueden retroalimentarse de las bondades y equivocaciones de la medida en cada una de las ciudades, y eventualmente vincular el gobierno nacional, a través de Planeación Nacional y el ministerio de transporte, este último con capacidad de realizar aportes fiscales con cargo al presupuesto nacional. En el caso particular caleño involucrar a la Gobernación es fundamental.

 

La compra de un vehículo usado con placa diferente o motocicleta, el uso de plataformas tecnológicas, el moto taxismo, entre otras, se han convertido en infinidad de soluciones individuales que de alguna manera burlan la restricción dando continuación a la congestión vial dejando inocua la medida.

 

El alcalde Eder y su equipo de movilidad tienen la oportunidad de convertir el problema y el mito del “pico y placa”, aportando alternativas creativas, en solución ejemplar y referente nacional.

 

Foto cortesía Caliescribe.com


 


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