Los bosques urbanos caleños

 


Las Naciones Unidas y la Organización Mundial de la Salud (OMS) consideran debe existir una relación ideal de 16 metros por habitante. Cali esta lejos. Recientes estadísticas establecen que la ciudad no supera 3 metros por habitante, incluida la concentración de zonas verdes en las planificadas comunas del sur.

 

Quizás el mayor reto de la administración Eder, a través del DAGMA, en estrecha colaboración con CVC y Gobernación del Valle, es precisamente convertir la ciudad como referente de ciudad verde colombiana y continental. Cali, sus corregimientos y estribaciones del parque natural Farallones, cuenta, con el más importante recurso; su benévolo clima, el cual ofrece diversidad, florescencia y frondosidad de flora. Clima, que, por lógica de la naturaleza, es el mayor activo encargado en poblar con la belleza de la fauna, especialmente la multiplicidad de más de quinientas especies de aves que abrazan con su vuelo el territorio, reconociendo la importancia del parque natural. El parque Farallones, superando una extensión de 200 mil hectáreas, debe ser integrado territorialmente a la ciudad, como área protegida. En el nacen más de 30 ríos y un centenar de quebradas entre sus cuecas brindando monumental potencial ambiental y turístico.

 

Organizaciones cívicas, gremiales, académicas, fundacionales, empresariales y altruismo de algunos, han unido esfuerzo en el pasado para embellecer, cuidar zonas verdes, separadores viales y reforestación de cuencas hidrográficas. 

 

La Fundación Zoológico de Cali, a través del Jardín Botánico, se ha comprometido en la tarea de reforestar la cuenca media del rio Cali, en predio adyacente al Jardín en área superior a 100 hectáreas. La Fundación Club Campestre de Cali, juntamente con CELSIA y CVC, han sembrado más de 200 mil árboles en la cuenca alta del Rio Meléndez, lo cual diez años de haberse iniciado el programa, ha aumentado el caudal del rio. La Fuerza Aérea Colombiana también se vinculó a la reforestación del Cerro de la Bandera. La Fundación Natura y sus aliados, de cobertura nacional, cumpliendo cuarenta años de labores ha estado vinculada al Valle del Cauca y Cali. Amatea, con veinte años de trabajo sostenible de cultura regenerativa reforestando los corregimientos de La Leonera, Pichindé y Andes. Triturados el Chocho y su vivero “Felipe Torres Legarreta” ha comprometido, desde 1988, en la recuperación de 70 hectáreas del Cerro de las Tres Cruces. Hernando Betancourt Suarez y su vivero Paraíso, abanderó, por cuenta propia, la siembra de miles de arbustos y flores en el recorrido de la vía al mar, convirtiéndose en autopista floral ejemplar. La Red Comunitaria de Bosques Urbanos interactuando con la comunidad desarrolla exitosamente 36 bosques urbanos. No menos importante ha sido la adopción de cientos de parques urbanos, iniciativa del DAGMA, proporcionado bienestar a los vecindarios aledaños.

 

Como los anteriores, muchas otras entidades, se han vinculado con un fin especifico; la protección del medio ambiente. 

 

Lo más importante y vital para convertir a Cali en referente de bosques urbanos es la articulación de cientos de esfuerzos, públicos y privados, a veces aislados, en ocasiones unidos, conducentes todos en mejorar las condiciones de la población caleña. 

 

Un exitoso programa redundará en mejorar los indicadores de metros cuadrados de zonas verdes por habitante. Concluyendo en protección de las cuencas hidrográficas de sus ríos, brindando vastas zonas de esparcimiento, atemperando niveles de temperatura y humedad, captura de carbono y eventual control de inundaciones. Pueden diseñarse y construirse reservorios para riego, eventual generación hidroeléctrica, suministro de aguas cristalinas para acueductos rurales y contingencia para prevención de voraces incendios.

 

Cali tiene la vocación de convertirse en la más importante ciudad latinoamericana con envidiables y extensos bosques urbanos. La unión de actores hace la diferencia.

 

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