El Nobel de la Paz; un reconocimiento histórico y políticamente correcto
Cuando el director del Instituto Nobel noruego, Kristian Berg Harpviken, en emotiva llamada telefónica le compartió a María Corina Machado, había sido galardonada con el premio Nobel de la Paz, ella desde la clandestinidad y en fluido inglés, aprendido en su juventud en programa de intercambio en Wellesley Massachusetts, aceptó en nombre de los venezolanos perseguidos por el régimen castro-chavista de Nicolas Maduro, el reconocimiento.
María Corina, ingeniera industrial de la Universidad Andrés Bello, con estudios de posgrado en finanzas en el IESA de Caracas y participante en el programa de líderes Maurice R. Greenberg en 2009 en la prestigiosa Universidad de Yale, es y ha sido la opositora más ferviente del régimen autoritario de Nicolás Maduro.
Su incursión en la oposición data de 2002, cuando lideró y trató de revocar a Hugo Chávez, a quien ella no consideraba que debía ocupar la presidencia venezolana. Por más de veinte años, ha continuado expresando su convicción de devolver al país un régimen democrático abierto y libre. Obtuvo la mayor votación a la Asamblea Nacional en 2010.
Debido a su favorabilidad, la dictadura venezolana, a través de Diosdado Cabello, truncó su cometido al declarar impedimentos manipulados y violatorios de la Constitución, lo que resultó en la pérdida de su condición de diputada.
Sin embargo, Machado nunca se dio por vencida.
En 2023, no obstante, la persecución a la que fue sometida, presuntamente inhabilitada políticamente, resultó en que le otorgaron el estatus de candidata presidencial con más del 90% de los votos en las primarias. Nuevamente, la persecución política la declaró impedida para participar en la contienda electoral, por lo que cedió su apoyo a Edmundo González Urrutia.
El Consejo Nacional Electoral (CNE) venezolano desconoció el triunfo de González, quien obtuvo el 67% de los votos según actas recopiladas, y otorgó el controvertido y cuestionado triunfo electoral a Maduro. No solo no reconoció la derrota, sino que acudió al Tribunal Supremo de Justicia para ratificar el dolo y emitió órdenes de captura contra el legítimo ganador y, por supuesto, contra la figura opositora María Corina Machado.
https://guillermoulloatenorio.blogspot.com/2024/08/venezuela-llora-al-mundo.html
El premio otorgado, junto con la presencia militar impulsada por Trump de la Armada estadounidense en el Caribe, confirma que Venezuela está bajo un régimen dictatorial, antidemocrático, fraudulento, abusivo y delictivo, que viola las libertades individuales, por lo que debe avanzar hacia la democracia y la libertad.
Indudablemente, el reconocimiento a Machado es circunstancial del pragmatismo ideológico del Realpolitik, término acuñado para confirmar que, por encima de los intereses de búsqueda del poder en sí, están la supervivencia, la seguridad, los derechos democráticos y lo políticamente correcto.
Su tenacidad, persistencia y frente en alto, a pesar de haber sido avasallada por una persecución que impide ejercer su lucha democrática, son recibidos con humildad, confirmando el reconocimiento a la paz que merecen el vecino país, su gente y enseñan al mundo entero la infatigable lucha por la libertad y la democracia.
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