Ejidos y Plusvalia
Hace veintiún años, en calidad de Gerente del
Instituto de Vivienda de Cali, INVICALI, tuve el histórico privilegio de
recibir a favor del Municipio de Cali, el primer millón cuatrocientos mil metros
cuadrados correspondiente a la transacción de terrenos ejidales de Meléndez Sur.
Culminaba exitosamente la persistencia
jurídica de más de treinta años, emprendida por Hernán Cruz Riascos, apoyado
por ilustres juristas como Omar Díaz Aparicio, experto erudito ejidal.
Posteriormente el municipio recibió, aproximadamente ochocientos mil metros
cuadrados, en procesos transaccionales de predios aledaños, de las familias
Varela Lourido, Morimitsu y Escobar.
Después de dos décadas, la administración
municipal ha dado la espalda al
desarrollo de estos terrenos, sin colocar el primer ladrillo. Con ello,
desconociendo la finalidad ejidal, remontada a la época colonial, destinada al
usufructo de vivienda, hoy conocido como de interés social o prioritario, cuyo déficit
cuantitativo supera las 130 mil viviendas.
Hace dos años el Ingeniero Claudio Borrero,
poniendo en riesgo su vida, logró la restitución de aproximadamente cuatro
millones doscientos mil metros del ejido Pedregosa y Cañaveralejo, engrosando una
inconmensurable fortuna en bienes raíces, a favor del municipio, que redunda en
el robustecimiento de sus finanzas.
Sin embargo, funcionarios de Planeación
Municipal, Secretaria de Vivienda y Hacienda, acolitados por el Concejo
Municipal, han dejado pasar históricas oportunidades para generar polos de
desarrollo, expansión planificada y bienestar social.
Igual sucede con el cobro de plusvalía,
decretado por acuerdo municipal 111 de 2003, con ponencia del ex concejal Marco
León Villegas, mediante el cual debe grabarse fiscalmente, a manera de tributo
sobre el mayor valor comercial de los terrenos generado en virtud del accionar
expansivo o normativo municipal.
La administración cuenta con poderosas
herramientas que permiten apalancar y destinar cuantiosos recursos destinados a
los requerimientos en inversión social e infraestructura.
La creatividad financiera de la Secretaría de
Hacienda no puede limitarse a fuentes convencionales tributarias. Debe explorar
las infinitas posibilidades de su
extenso portafolio de activos reales, normativos y jurídicos.
Más de seis millones de metros cuadrados por
desarrollar, un cobro por plusvalía aplicable a la re densificación urbana y
futuras aéreas de expansión en el corredor Cali-Jamundi, adicionado a cobros
por descongestión vehicular, no solamente imputados al tráfico hacia el centro,
sino además al enorme flujo vehicular flotante que genera la Comuna 22, son
algunas iniciativas que debe emprender la administración conducentes a su
fortalecimiento fiscal.
Lamentable y deplorable que la consagración
de toda una vida de ilustres ciudadanos en beneficio de justicia social quede
engavetada y archivada en los anaqueles de la desidia administrativa estatal.
Excelente tu artículo Guillo. Después de semejante batalla jurídica, es increíble que el Municipio le haya dado la espalda a semejante patrimonio. Saludos.
ResponderEliminarJavier Roldàn Barbosa
Excelente tu artículo Guillo. Después de semejante batalla jurídica, es increíble que el Municipio le haya dado la espalda a semejante patrimonio. Saludos.
ResponderEliminarJavier Roldàn Barbosa
Apreciado Guillermo; muy oportunamente traes a colación esta importante información existente; valiosas reservas e instrumentos jurídicos que nutren a la administración de gran capacidad de acción.
ResponderEliminarLa desidia histórica de la administración en cuanto a la Comuna 22, el gran polo ecológico, educativo y económico de la cuidad, la ha dejado a merced de la urbanización salvaje y deplorable, creando un caos ambiental, de movilidad, y de recursos hídricos, con amenazas severas en derivarla en una zona de alto riesgo e invivible.
De hecho, no son paliativos lo requerido para la Comuna 22, se hace imperativo una intervención profunda por parte de la administración municipal, basados en los juiciosos y técnicos diagnósticos que han elaborado, desde hace mucho tiempo, destacados profesionales de la mencionada Comuna.
Ha sido difícil que se comprenda lo importante que es para la ciudad la Comuna 22.
Un abrazo
Luis Felipe Garcia M.
Te felicito, de los mejores y contundentes escritos que te he leído, claro, preciso y conciso. Hoy en el CAM desafortunadamente no saben para dónde van, y en muchos aspectos.Por lo menos eso es lo que se aprecia, y vamos para 5 meses.
ResponderEliminarSaludos,
Ricardo Cobo
Muy de acuerdo con su comentario Dr. Ulloa. Lo único sería recordar que urbanizar a nivel o por debajo del nivel de las aguas del río Cauca, demanda que Emcali tendría que bombear esas aguas hacia las PTAR que están encima del nivel del río, como se ha hecho, se hace y se hará con todas las aguas negras del distrito de Aguablanca y ese costo es un platal que hemos pagado, estamos pagando y tendremos que pagar todos los caleños. Cuánto le va costando a Emcali bombear esas aguas negras?. TRILLONES!. No podemos aumentar ese gasto planificando más vivienda en esos sectores. La lógica indica que la vivienda hay que planificarla en lugares altos para que las aguas residuales y negras bajen por gravedad hacia las Ptar. Y esas tierras bajas dedicarlas a pulmones verdes que tanto necesita Cali, o para industria liviana que no produzca aguas residuales o que las traten “in situ”.
ResponderEliminarAlvaro Hernandez
Gracias por tu comentario. Tratándose de un globo de terreno que puede albergar màs de 100 mil soluciones de vivienda, se requiere planificar su propia PTAR, con lo cual se evita llevar aguas servidas a la actual PTAR. Indudablemente hay que diseñar un alcantarillado pluvial, que lleve sus aguas en forma natural a las madres viejas y humedales existentes, que ademas de servir como amortiguadores naturales sean de uso recreacional, esparcimiento y zonas verdes generosas para esa población proyectada.
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