Movilidad Integral
La problemática movilidad caleña no puede ser
atribuible únicamente a la operación del MIO. El subsidio propuesto por
METROCALI y destinado a los operadores condicionado a la operación de una flota
robustecida no es solución definitiva. Cuando una empresa tiene costos
deficitarios en su operación, entre más unidades produce o unidades destina al
servicio, mayores pérdidas se generan.
Cali carece un plan estructural que permita
la conectividad de todas las modalidades de transporte y movilidad entre sus
cuatro puntos cardinales. La administración municipal ha ejecutado proyectos
puntuales satisfaciendo necesidades generadas por el incremento del parque
automotor y la introducción del SITM sin obedecer a un plan maestro de
planificación.
La falta de un plan vial integral, con visión
mínima de veinte años, es parte de la solución. El Plan Integral de Movilidad
Urbana, PIMU, se detuvo en soluciones de movilidad peatonal puntuales del
centro. La planificación articulada de Metrocali, Transito, Infraestructura y
Dagma merece una reestructuración organizacional generando un solo ente
planificador.
La crisis del MIO es estructural. La cobertura
de rutas alimentadoras está incompleta. Las troncales en sentido oriente-occidente
deben concluirse permitiendo la fluidez que hoy ostentan las troncales en
sentido sur-norte. Las rutas pretroncales circulando en carriles mixtos
recorren a la velocidad que el tráfico permite, ocasionando demora en sus
conexiones e ineficiencia de frecuencias. La insatisfacción del usuario genera
búsqueda de otras alternativas de movilidad. Se desarrollan iniciativas de
solución individual, especialmente motocicletas, y otras opciones de transporte
informal volviendo inalcanzable el punto de equilibrio de la operación. La
insatisfacción primará sobre el beneficio común. Se
requiere más labor de campo y observación de la división operativa y transporte
de METROCALI. El proyecto complementario al sistema actual de buses (BRT) es la
planificación de sistemas adicionales
integradores como los aerocables, el metro ligero, tren de cercanías, vinculando
el corredor férreo para articular la conectividad regional.
La implementación de un eficiente
sistema de transporte masivo y el consecuente incremento del parque automotor
generó una mayor utilización de vías existentes y fueron colapsando ante su
mayor utilización. Al no crear soluciones viales requeridas se embotelló el
flujo vehicular.
Los avances tecnológicos permiten
utilizar eficientemente la red inteligente semafórica, según el flujo de
tráfico, de todos los medios intermodales de transporte, mejorando la velocidad
promedio de desplazamiento, la densidad vehicular y ocupación de la vía. La inteligencia
vial debe ser aplicada desde la misma concepción del diseño vial de la
ciudad.
La administración municipal debe ser creativa
y recursiva financieramente para acometer megaproyectos de movilidad integral
urbana. Debe buscar alternativas de estructuración financiera con amplios plazos,
tasa de interés competitiva y recursos de cofinanciación de la banca
multilateral, del sector financiero formal, fondos de pensión, privados de
inversión o regalías.
La administración se ha
enfrascado en la problemática del automóvil, de METROCALI, la motocicleta y
dado la espalda a la más simples soluciones. El centro de la ciudad, invadido
por la informalidad comercial, carece de carriles exclusivos para el uso masivo
de la bicicleta y cómoda red peatonale.
La calidad de vida urbana no es
producto de cuantiosas inversiones, medidas represivas y subsidios a la ineficiencia,
sino del uso racional de sus atributos.
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