Trancón de película
En días pasados, la filmación de la tercera
temporada de la exitosa serie “Narcos” de NETFLIX, la cual llega a ochenta
millones de suscriptores de la empresa californiana de entrenamiento, fundada
en 1997 por Reed Hastings y Marc Randolph, causó colosal colapso automotor del
tráfico en Cali.
La ciudadanía, energúmena y molesta, señaló y
culpó a los productores por imprudentes e irrespetuosos rodando en día de
semana y horas de la mañana. No obstante, la responsabilidad no recae sobre la
producción, sino la incompetencia, incoherencia y descoordinación de las
autoridades para regular los permisos concedidos ofreciendo vías alternas,
desvíos e información previa para tomar medidas preventivas.
Cali, antes de ser ciudad caótica en movilidad,
ha sido precursora y pionera cinematográfica.
En 1921, en Cali se rodó la primer película
largometraje colombiana con la adaptación al cine de la obra universal de Jorge
Isaac, Marìa. Hace cuarenta años, Carlos Mayolo, Luis Ospina y Andrés
Caicedo, dieron vida, a la etapa que acuño el nombre de Caliwood. A ellos los
acompañó Carlos Palau, pionero vigente y consagrado cineasta. En 1983, Cóndores
no entierran todos los días, basada en la obra homónima de Gustavo Álvarez
Gardeazabal, fue precursora del cine vallecaucano.
La Universidad del Valle institucionalizó, a
través de la facultad de Artes Integradas, el cine, siendo uno de sus más
devotos realizadores, Antonio Dorado Zúñiga, conocido por sus obras
cinematográficas El Rey, Amores Peligrosos y documentales transcendentales como Apaporis. Un ilustre alumno
de la facultad, graduado con honores, es Cesar Augusto Acevedo, ganador de tres
premios en el Festival de Cannes, creador de la película La Tierra y La Sombra. Igual
reconocimiento a otro alumno de Univalle, el caleño Carlos Moreno, director de Perro
come perro, filmada en Cali. Simon Brand, conocido por sus obras Mentes
en Blanco y Paraiso Travel, es otro icono caleño.
Andi Baiz, director galardonado por Satanás,
Cara
Oculta y ROA, caleño raizal, es director de la serie de NETFLIX. Merece
orgulloso recibimiento por escoger la ciudad como epicentro histórico de la
filmación y no alguna remota población parecida a Cali de los años noventa.
La industria cinematográfica es gran generadora
de empleo. Actores, equipos de pre-producción, producción y post-producción son
una mínima parte de su empleabilidad. La logística en alojamiento,
alimentación, vestuario, manutención de centenares de colaboradores de una
producción, sumada a la contratación de extras crean ponencialmente
incalculables empleos indirectos.
En la ciudad de Nueva York se filman
aproximadamente 30 películas anuales y Los Ángeles sede de más de cincuenta. Ambas
sin contar centenares de producción de series televisivas y documentales,
convirtiéndose las locaciones en atracciones turísticas. Sus administraciones
municipales, conscientes de la importancia del cine, tienen adscritas
dependencias que orientan, coordinan y apoyan las producciones evitando inconvenientes
ciudadanos, como el presenciado en Cali.
Apoyemos los quijotescos promotores del
Festival Internacional de Cine de Cali, FICCALI, promocionando la ciudad y
región como centro emergente de filmación en el contexto internacional.
Cali no puede desaprovechar su vocación como
gran centro de filmación y cuna de talento. Debe beneficiarse del interés del
Ministerio, Ley de Cine, Secretarias Municipal y Departamental de Cultura para
fortalecer la industria cinematográfica, como lo hacen Bogotá, Cartagena y
Medellín. ¡¡¡Adelante Caliwood!!!
Guillermo, excelente tu artículo. Los cineastas Caleños te lo agradecemos. Es un apoyo necesario que debe permanecer en el tiempo para que otras generaciones nos cuente nuestra historia. Un fuerte abrazo. Carlos Palau.
ResponderEliminarMe honras con tus palabras. Ustedes son la esencia de mi articulo. Compártelo en tus redes sociales.
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