La marcha
El 3 de Abril de 1930, hace ochenta y siete
años, Mahatma Gandhi finalizó su marcha pacífica en contra del monopolio sobre
la sal impuesto por la autoridad británica. Había encabezado, en recorrido de
300 kilómetros por las principales regiones de la India, el camino de la no
violencia y desobediencia civil, a través de una manifestación multitudinaria,
precursora de su independencia.
Martin Luther King Jr, marchó en Agosto de
1963 a la capital estadounidense de Washington desafiando la segregación e
inequidad, pronunciando su histórico discurso “Yo tengo un sueño” en las
escalinatas del monumento de Abraham Lincoln.
El ejemplo de
marchas no violentas y pacificas simbolizan la protesta popular universal.
El pasado 1 de Abril, miles de compatriotas
colombianos, en veinticinco ciudades, marcharon pacíficamente en protesta,
rechazo y repudio por las
equivocaciones, provocaciones, desconocimiento y descomunal derroche, sin
precedentes, del actual gobierno de Juan Manuel Santos, a la voluntad popular
expresada el 2 de Octubre en el plebiscito votado negativamente.
La marcha tildada equivocadamente, por los
amigos del gobierno, como rechazo a la corrupción estaba lejos de serlo. Aunque
actos palmarios de corrupción del actual régimen se vienen destapando, no era
su principal objetivo.
Contrariamente era un encuentro ideológico de
expresiones contradictorias al rumbo que erradamente está conduciendo el país hacia
el fracasado modelo de desarrollo económico, social e ideológico del socialismo
del siglo XXI, ejemplarizado po la actual crisis venezolana.
El Congreso Nacional, a través del mecanismo
de fast track, avalado perspicazmente por la Corte Constitucional aprobó e
incorporó con fuerza constitucional la totalidad de las excesivas concesiones
del acuerdo final, comprometiendo los próximos tres gobiernos, con asignaciones
presupuestales acordadas y soportados en
la impopular reforma tributaria sancionada unos meses antes.
La entrega del poder judicial, incorporando
al bloque de constitucionalidad la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP), en
conveniencia del narcotráfico y sus delitos conexos, permitiendo presencia de
jueces extranjeros sin interferencia de órganos de control nacionales, es un
certero y bajo golpe a la Constitución y nuestra soberanía nacional, cuyas
consecuencias son de nefasto y reservado diagnostico.
Sí la marcha del 1 de Abril es considerada
una estrategia electoral de los grupos de ciudadanos y movimientos políticos
que abanderaron la campaña plebiscitaria contrariamente a los engañosos deseos
afirmativos del gobierno, así fue. Una gran marcha política y electoral, así lo
querían los marchantes.
La marcha del 1 de Abril, sin motivación
convencional politiquera de transporte, alimento y dadivas ofrecidas en
compensación e intercambio por participar, total y ejemplarmente ausente en la
jornada, será registrada en los anales de la historia nacional contemporánea
como la voluntad popular y expresión espontánea de la población civil en
rechazo al engaño tramposo de un gobierno deslegitimizado.
Es el inicio, de una gran marcha por la re -
orientación del destino de Colombia evitando el riesgo de seguir caminando
hacia el desastre político, económico y social que es Venezuela, gobernado bajo
un equivocado modelo de dictadura socialista.
Dirigidos por Popeye;por Londoño, el ladron de Invercolsa;porel destituido por corrupto Ordoñez; por el primo de Pablo Escobar; por los criminles que asesinaron 4.000 inocentes para presentarlos como bajas de la guerrilla. Dirigidos por esa caterva van a reorientar el destino de Colombia?
ResponderEliminarY olvidaba: la marcha fue convocada contra la corrupción. Como siempre era mentira la convocatoria.Se trataba del lanzamiento de la candidatura presidencial del popeye uribismo, confesión de parte.
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