Plan Integral de Movilidad Urbana – PIMU

Inconcluso, deficiente y espurio estudio
En etapa de socialización final se encuentra el esperado Plan de Movilidad Urbana – PIMU de la ciudad de Cali. En extenso documento, de casi 500 páginas y cuatro años de trabajo, el equipo consultor desarrolló y plasmó una excepcional detallada radiografía del inventario y estado vial, movilidad intermodal, peatonal, movilidad en bicicleta, transporte masivo, ordenadamente recopilado con lujo de detalle histórico estadístico y académico, en parte fundamentado, en el patrimonio estadístico existente.
La base fundamental, tanto de la tendencia como el pensamiento global, de movilidad debe ir de la mano de la planeación territorial. Aunque el estudio cita algunas apartes formulados por el programa HABITAT de las Naciones Unidas destacando la importancia de esa articulación, no se formula ni recomienda en su diagnostico.
Desafortunadamente la formulación y diagnostico del plan presentado carece de proyección, planificación y conectividad de ciudad-región. No establece simulaciones proyectadas, por lo cual la Visión 2028, titulada en el mencionado documento, es tan solo un atractivo encabezamiento.
No está contemplada la integración de los diferentes entes de planeación, METROCALI, EMCALI y los DAPM municipales y departamentales, los que considero el mayor reto para una verdadera visión de ciudad-región, acopiando necesidades de transporte, carga y pasajeros, público y privado, en la conformación de la conurbación esperada en el presente siglo.
Inexplicablemente, el Plan no menciona la necesidad ni hace alusión a la red férrea. No se destaca su importancia dentro del contexto territorial, dando solución a la movilidad, tanto de pasajeros, como carga, entre las zonas industriales claramente definidas de la región, Santander de Quilichao, Yumbo y Palmaseca, y su conectividad con el puerto marítimo de Buenaventura, poblaciones dormitorio vecinas y futuros puertos secos del centro y norte del Departamento del Valle.
Sin desestimar el estudio académico y estadístico, un excelente aporte y recopilación de información dispersada en un sinnúmero de entidades que tocan el tema de movilidad, las etapas sucesivas del Plan Integral de Movilidad, deben concluir en un plan regional vial e intermodal, en parte formulado en el Plan de Ordenamiento Territorial 2014, solucionando el caótico tráfico y el resultante enmarañado embrollo vehicular que padece la ciudad-región.
La responsabilidad de aprovechar el estudio del Plan de Movilidad Urbana – PIMU, como herramienta elemental, incorporando su formulación en la revisión del POT, recae sobre la Dirección Administrativa de Planeación Municipal, articulando con su homologo departamental.  Una vez desarrolladas las etapas de análisis, formulación y diagnostico final, propias del ente planificador, debe concluir en derrotero y brújula para ejecución de obras, a corto, mediano y largo plazo.

No puede, ni debe anticiparse la administración municipal ni departamental, concejo y asamblea, en comprometer asignaciones presupuestales basadas en el inconcluso Plan de Movilidad Urbana – PIMU, cuya primera etapa radiográfica es la presentada.

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