Erradicación y sustitución de cultivos ilícitos
El gobierno Santos, con el sol a sus espaldas,
dejará al próximo gobierno el dilema, el problema y la solución.
El ex embajador de Estados Unidos en
Colombia, personaje recordado por su autenticidad, folclor y humor tejano, hoy subsecretario
de Estado para Asuntos de Narcotráfico Internacional, William Brownfield,
presentó preocupante intervención a su Congreso, con respecto al incremento del
área dedicada a cultivos ilícitos y producción de cocaína.
Fundamentó sus argumentos en el informe del
Sistema Integrado de Monitoreo de Cultivos Ilícitos -SIMCI- de la Oficina de
las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito -UNODC-, el cual revela
inusitado incremento del 52%, pasando de 96 mil hectáreas a 146 mil en el 2016.
Las cifras extraoficiales dan cuenta de
cifras alarmantemente superiores, sobrepasando las 200 mil hectáreas y
producción de 1000 toneladas métricas, convirtiendo a Colombia en el primer
productor mundial de cultivos ilícitos y narcóticos.
El incremento en las aéreas impacta los
departamentos del sur occidente colombiano, Nariño, Cauca, Putumayo y el departamento
limítrofe venezolano, Norte de Santander.
Ante esta cruda realidad, el Sr. Brownfield,
con vasta experiencia diplomática en la región y amigo de integrantes de la
mesa de diálogo de los acuerdos de paz, señaló, responsabilizando el mismo
acuerdo y las prolongadas negociaciones, que permitieron que las Farc incentivaran los campesinos para sembrar más coca.
Igualmente, respetando la soberanía nacional, condenó la suspensión de
fumigación área para erradicar ágil y rápidamente.
La equivocada eliminación de fumigación con
glifosato, aludiendo razones de salud, cuando productos similares son
utilizados en la agricultura tradicional, es uno de los factores atribuible al
incremento mencionado. La dispendiosa erradicación manual fue de aproximadamente
18,000 hectáreas en 2016, equivalente al 9% del total del área sembrada.
A principios de año, el Ministro de Defensa, se comprometió públicamente, en erradicar 100
mil hectáreas. Erradicar esa área es de proporciones titánicas. Equivale a
cosechar el 40% del área cultivada en caña de azúcar del Valle del Cauca, labor
mecanizada, tecnificada y con décadas de investigación y desarrollo en procesos
eficientes y eficaces.
Aun así, pese a la presión norteamericana y
el ofrecimiento del Ministerio de Defensa, el problema es de mayor profundidad
y análisis.
¿Cómo se supone enfrentará el gobierno
nacional las redes de crimen organizado, dotadas de sofisticados sistemas de
vigilancia para burlar la autoridad, bolsillos llenos para corromper y agitando
masas campesinas ante la erradicación?
¿Cuáles son los recursos de la promesa y
proyecto sostenible de sustituir el rentable cultivo que ha permitido generar
riqueza en aéreas tradicionalmente empobrecidas?
El gobierno Santos, con el sol a sus espaldas,
dejará al próximo gobierno el dilema, el problema y la solución.
Al igual que muchos puntos del Acuerdo Final
de la Habana y la olla fiscal raspada, deja una llamarada de inquietudes
ardiendo en el escaso año electoral que queda.
Cuando California se convirtió en el primer productor mundial de marihuana la yerba dejó de ser maldita. Ojalá algun estado gringo se convirtiera en gran productor de cocaina para que nos quiten ese problema de encima
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