Estamos perdiendo la guerra
Los datos y hechos que llevan a esa realidad
son inocultables.
A principios del año, el gobierno
norteamericano advirtió en su informe anual sobre narcotráfico, el preocupante
incremento de cultivos de hoja de coca, producción de cocaína, marihuana y
heroína.
Cifras oficiales de organismos
internacionales estiman el área de producción para el año 2016 entre 160 mil y
190 mil hectáreas cultivadas. Datos extra oficiales advierten sobre incrementos
que podrían llegar a 230 mil hectáreas el presente año, en el territorio
nacional.
El gobierno norteamericano del Presidente
Trump envió recientemente a su Congreso nota de
advertencia considerando que “Colombia ha fallado de manera clara en
adherirse a sus obligaciones bajo los acuerdos internacionales de lucha contra
las drogas dada el extraordinario crecimiento de los cultivos y producción de
coca en estos últimos tres años, incluyendo un récord en los cultivos en estos
últimos 12 meses"
Finaliza el documento con amenaza de
descertificación del país, situación que afortunadamente no se dio, en
reconocimiento a la lucha y esfuerzos de las fuerzas armadas colombianas por
haber reiniciado la erradicación, la cual el gobierno Santos, en aras de las
negociaciones con la FARC, había limitado desde el año 2013.
Como era de esperarse, el gobierno nacional y
los medios gobiernistas salieron al paso de la amenaza de la descertificación,
desestimando el anuncio, culpando a E.E.U.U. por sostener la alta demanda,
deduciendo la reacción lógica de la oferta.
Los datos y hechos que llevan a esa realidad
son inocultables.
Los Presidentes Pastrana y Clinton dieron
inicio al Plan Colombia, después de la debacle y fragilidad del gobierno de
Ernesto Samper, elegido con apoyo y recursos del cartel de Cali, como lucha frontal al narcotráfico. Fue un
proceso exitoso hacia regularizar la descertificación vigente, en ese momento,
del gobierno norteamericano a Colombia.
En 1998 se estimaba el área cultivada en 180
mil hectáreas. Bajo el auspicio del Plan Colombia, recursos estimados en US 10
mil millones, empleados en equipos aéreos de avanzada tecnología y programas
sociales de sustitución de cultivos, se logró reducir el
área a 90 mil hectáreas, en los primeros años y se persistio en la reducción hasta llegar a un área de 42 mil hectáreas.
La equivocada eliminación de fumigación aérea
con glifosato, en la administración Santos, aludiendo equivocadas razones de
salud, cuando productos similares son utilizados globalmente en la agricultura tradicional,
es uno de los factores del incremento en el área cultivada.
La descertificación sería un duro golpe
económico y a la relación comercial con Estados Unidos.
La oferta exportable es un esfuerzo de miles
de empresas formales que construyen marca en ese mercado. La descertificación
trae consigo revisión de las calificaciones crediticias afectando tasas de
interés y condiciones de garantías. La descertificación genera una polémica
política en el Congreso norteamericano reduciendo sustancialmente el apoyo
presupuestal. La descertificación impacta negativamente el crecimiento del PIB,
de por si el más bajo de los últimos años.
La advertencia es una oportunidad de crear
una verdadera y duradera política social y económica de sustitución de
cultivos.
Un interesante debate para un año electoral.
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