El segundo tiempo de Armitage
Sus primeros dos años, la mitad del periodo,
pasaron sin “pena ni gloria”. Brilló su autenticidad colmada de folclor e
improvisadas actuaciones y nombramientos. Su inexperiencia en administración
pública, complementada con equipos de trabajo bien intencionados carentes de un
coherente programa y plan de gobierno no permitieron ejecutar las soluciones
que la ciudadanía esperaba.
El avezado emprendedor, exitoso en el
oligopolio del acero, aun tiene un segundo tiempo para ejecutar obras y
proyectos de ciudad, de beneficio social y coexistencia urbana.
El mayor reto radica en frenar la rampante
inseguridad.
El flagelo de cultivos ilícitos y
narcotráfico del vecindario golpea incesantemente. El micro tráfico, incremento
en consumo de alucinógenos, extorsión, y proliferación de oficinas de cobro,
mayoritariamente asociadas con bandas criminales organizadas y pandillas
juveniles, han venido ganando espacio en todo el país, y Cali no es excepción. La
delincuencia común, atracos, fleteos y robos callejeros ensombrecen aun más el
panorama. Además del apoyo, desde la Secretaria de Gobierno, articulando
programas de prevención de la Policía Nacional, es imperativo forjar cultura
ciudadana de respeto a la autoridad, fortalecimiento de denuncias, convivencia
armónica, exigiendo, como primera autoridad, estricto seguimiento a la
judicialización efectiva de la delincuencia.
Se requiere solución pragmática en movilidad
La reforma administrativa, hasta ahora un
distractor para satisfacer apetitos burocráticos, creó la Secretaria de
Movilidad. Apartada de funciones de regulación, control documental y
restricción del tráfico vehicular propias de la oficina de Transito, ha dejado
una estela de dudas de funcionalidad. La ciudad sigue embotellada. La velocidad
promedio de desplazamiento ha disminuido. La semaforización inteligente no pasa
de anuncios mediáticos y el incremento del parque automotor y motocicletas sigue
en auge. La improvisación de algunas medidas, como el pago por descongestión y
la reciente ciclo ruta de la Avenida Cañasgordas, no aliviaron la movilidad
sino la empeoraron. La solución no está en medidas represivas. “La rueda ya esta inventada” dice el
sabio refrán. Se requiere creatividad apoyada en avances tecnológicos,
inteligencia artificial y laboratorios académicos antes de improvisar
caprichosamente.
http://guillermoulloatenorio.blogspot.com.co/2017/11/avenida-canasgordas-sera-ciclo-via.html
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El municipio ha mostrado debilidad como
interventor de obras publicas
La administración debe ejercer autoridad,
fundamentada en herramientas jurídicas, para el estricto cumplimiento de obras
públicas. Es inconcebible que proyectos iniciados en anteriores administraciones
aun estén sin entregar y con sobrecostos. La circunvalar del sur (8 años), vía
a Pance (3 años), parque lineal del rio Cali (4 años), corredor verde (4 años),
son algunas obras sin fechas definitivas de terminación. Preocuparía que los
nuevos frentes de trabajo en la Avenida Ciudad de Cali, el complejo vial de la
Calle 100 y construcción del tercer carril de la Cali-Jamundí, entre otras,
sucumban ante la fragilidad y debilidad de exigir resultados como contratante.
La paquidermia de Emcali es asombrosa
Después de cuatro años de haber sido devuelta
de su proceso de intervención, no se vislumbra un derrotero claro en la
empresa. Los problemas estructurales siguen intactos. Tan solo se observan
paliativos. La empresa sigue secuestrada en un carrusel de contratación de
obras menores. Telecomunicaciones sigue perdiendo a borbotones drenando
excedentes generados en Acueducto y Alcantarillado. El nuevo acueducto del sur,
reducción de pérdidas, suministro de fuentes alternas de agua cruda y
culminación de tratamiento de aguas residuales siguen en estudios previos de la
ingeniería local.
“No por mucho madrugar amanece más temprano.”
El tiempo debe aprovecharse eficazmente.
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