Tres retos deberá asumir próximo gobierno con el Suroccidente
En menos de tres meses asumirá el nuevo
gobierno nacional. En campaña los candidatos se debatieron en temas y
plataformas ideológicas, visión de la nación que proyectarían desde su gobierno
y sin duda alguna las dificultades que enfrentaran al asumir el cargo.
Para la región Pacifico, aquella que
comprende los cuatro departamentos de Choco, Cauca, Nariño y Valle del Cauca,
no obstante su zona de influencia abarca la zona cafetera, Huila, Tolima y los
colindantes con Ecuador y Perú, el mayor flagelo a combatir es la estrangulante
corrupción, sumada al carrusel de contratación enquistada a nivel municipal,
departamental e institutos centralizados dilapidando el erario.
La corrupción equivale a diez reformas tributarias.
El segundo reto es el programa de sustitución
de cultivos ilícitos, los cuales han llegado a proporciones inusitadas, en
virtud a equivocaciones de política pública de erradicación, impunidad y
ausencia de autoridad en los once departamentos que conforman el suroccidente
colombiano.
La sustitución debe convertirse en programa
bandera.
El proyecto debe ser liderado por el gobierno
nacional, apoyado incondicionalmente por los países receptores del producto de
cultivos ilícitos, las agencias internacionales, banca multilateral,
acompañados de un sector privado nacional y extranjero comprometido con
programas que formalicen la generación de empleo. Proyecto que dinamizaría la
economía agropecuaria minifundista de las regiones como fuente inagotable de
riqueza.
Se generaría la histórica oportunidad de
apoyar el abastecimiento alimentario de la creciente población global, aprovechando
la fertilidad y riqueza hídrica de valles y laderas en su infinidad de pisos
térmicos ofertando diversidad de productos agrícolas, pecuarios,
hortofrutícolas, proteína blanca y piscicultura.
El verdugo de la minería ilegal, voraz depredadora
de los cauces de los ríos, impactando negativamente el equilibrio del eco
sistema, destruyendo vida silvestre e irrespetando el balance de la naturaleza,
ubicada en corredores estratégicos para el transporte de narcóticos, es el
complemento al reto de sustitución, en programas de recuperación al daño
ecológico provocado.
La recuperación y protección de vastas zonas
forestales, selvas húmedas, bosques húmedos y secos tropicales regenerarían las
cuencas hidrográficas. Así convirtiéndose en fuente inagotable del recurso
hídrico, mitigación de calentamiento global, y su aprovechamiento como insumo
fundamental en la producción de alimentos, liquido vital para explotaciones
pecuarias, indispensable para
repoblación de flora, avifauna y sostén de acueductos rurales y urbanos para
consumo humano potabilizado.
La ausencia de institucionalidad, falta de
autoridad, inoperancia del estado y descomposición social son elementos
sustanciales que alimentan la disidencia de grupos armados que han disfrutado
por décadas la ilegalidad que genera infinitos réditos económicos creando la
insurgencia independiente que controla los flagelos.
La inseguridad urbana de los centros poblados
es tentáculo atribuible a la disputa territorial de bandas criminales que
controlan el narcotráfico y la minería ilegal de la región suroccidental.
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