¿Pico & Placa todo el día?
Nuevamente, y como hace carrera finalizando cada año, empiezan los
rumores del cambio o incremento en la restricción vehicular. Desde que la
medida se implemento hace veinte años, en la primera alcaldía de Enrique
Peñalosa, tanto la capital como las ciudades que la copiaron, observan poca
efectividad en el resultado de su movilidad.
Desde 1998 la medida, considerada transitoria mientras se
adecuaban las ciudades a nuevos sistemas de transporte masivo, está lejos de
mejorar el flujo vehicular que transitan las estrechas e inadecuadas
infraestructuras viales.
La ineficiencia de los sistemas de transporte masivo de buses
articulados, concebidos equivocadamente sobre suposiciones erradas de demanda
inexistente, complementada con la eliminación del anticuado, contaminante y
obsoleto transporte convencional, que abarcaba mayor cobertura, ha generado el
incontrolable transporte informal vehicular y de motocicletas, sin ley ni
autoridad alguna.
En todas las ciudades, otro resultante, además del transporte
informal, es el inusitado crecimiento del parque automotor de vehículos
particulares. En Cali, y ciudades con climas benévolos, el crecimiento
exponencial de motocicletas es abrumador.
La vida útil vehicular se ha extendido. Para muchos propietarios
particulares, resulta beneficioso mantener un viejo vehículo como segundo e
inclusive tercer vehículo, como alternativa para sortear la restricción.
Incluso muchos propietarios de vehículos particulares también emplean la
motocicleta como medio alternativo antes de usar el sistema de transporte
masivo. Situación que indudablemente no retira de circulación los
pasajeros que de alguna forma utilizan otro vehículo particular sencillamente
con diferente placa.
La movilidad de ciudad se convirtió en círculo vicioso de
restricción, en vez de innovación.
Antes de continuar con medidas restrictivas, nuevamente insisto,
como lo he escrito reiteradamente desde esta tribuna, la imperiosa necesidad de
implementar sistemas inteligentes de semaforización. [1]
El sistema se fundamenta en inteligencia artificial, capturando la
longitud de cola vehicular en cada semáforo, dando prioridad a las
intersecciones con mayor afluencia vehicular. Luego selecciona los ciclos óptimos
adaptados al tráfico, realizando a partir de procesos algorítmicos genéticos,
automatizando la movilidad del flujo vehicular incluido los sistemas de transporte
masivo urbanos.
Las simulaciones del sistema bogotano arrojaron resultados
alentadores de disminución de las colas vehiculares en los cruces en un 17%,
mejora en la velocidad promedio de desplazamiento de un 38% y velocidad máxima
de un 7,8%.
El costo de semaforizar inteligentemente Cali es de
aproximadamente US $ 20 millones, equivalente al 5% del costo comparativo de
subsidiar la operación del MIO, recursos que afanadamente busca la
administración municipal en favor de cuatro concesionarios, en vez del
beneficio general de la población que hoy sufre la caótica movilidad.
La Secretaria de Movilidad debe tener visión panorámica y no la
micro visión que hasta ahora ha desplegado.
Por eso la pregunta lógica ¿Se justifica Pico & Placa todo el
día, cuando existen alternativas inteligentes?
Los caleños debemos, crear un movimiento, para hacer declarar insistentes a al alcalde, secretario de movilidad, por el atropello con el pico y placa. No podemos utilizar nuestros vehículos, pero si cobran impuestos al 100/, además coharta la libertad de movimiento, pero si paga un impuesto adicional si puede moverse.
ResponderEliminarProbablemente valga la pena intentar la mejora en la semaforizacion.
ResponderEliminarYo percibi una mejora notable en la sur oriental con tres medidas elementales: señalización, ola verde y cámaras.
Mi pero son dos: los 20 millones de dólares y la contaminación ambiental