Lime; Patinetas en furor, exitoso modelo de movilidad urbana
Foto Cortesia El Pais
Dos jóvenes
emprendedores californianos, de origen asiático, egresados de la escuela de
negocios Berkeley de la Universidad de California, Toby Sun y Brand Bao, son
los fundadores de uno de los más dinámicos fenómenos de movilidad urbana.
Combinando aplicaciones móviles, como plataforma del modelo de negocio al
sector de alquiler de equipo rodante, convirtieron el “start up” o empresa
emergente, en escasos dos años desde su
fundación, en 2017, en prodigioso modelo.
Encontraron que en
las ciudades donde operan sistemas de alquiler de bicicletas compartidas, uno
de los inconvenientes expresados por los usuarios, era localizar fácilmente estaciones
de parqueo cercanas a su origen y destino. Además en la mayoría de ciudades la
reglamentación de uso del espacio público para ampliar la oferta de equipos, puesto
que requerían sitios definidos y dedicados para su estacionamiento, su tramitología
era engorrosa.
Visionaron que el concepto original de alquiler
compartido de bicicletas públicas requería innovación.
Utilizaron la
Universidad de Carolina del Norte, como piloto experimental de alquiler, no de
bicicletas, sino de patinetas eléctricas. En virtud a su tamaño ocupan menos
espacio y son fáciles y divertidas de conducir. Para los estudiantes les
resultaba práctico trasladarse de un sitio a otro, dejando la patineta, en
cualquier parte, para que otro usuario la tomara. Este primer experimento de
125 patinetas fue el comienzo de la revolución. Lograron que un fondo de
inversión, AH Capital, apalancara el capital de expansión requerido. En dos
años de operación, LIME, el operador del
sistema caleño, con el distintivo color de sus patinetas verde lima, tiene
presencia en un centenar de ciudades norteamericanas, más de cincuenta ciudades
internacionales y cientos de universidades en el mundo entero. La valoración de
la empresa, en dos años desde su fundación, supera los US $ 2.5 mil millones.
Para el usuario contemporáneo conectado
permanentemente, a través de su teléfono inteligente, su sencillez le permite
acceder al sistema, en forma práctica y ágil. El costo de alquiler es
razonable. El equipo eléctrico es amigable con el medio ambiente y requiere
poco mantenimiento. La recarga de los equipos se realiza mientras se recogen y
depositan nuevamente en los sitios, de mayor demanda, que los algoritmos de la logística
de la aplicación le indican.
Estudiantes, milenios, centennials,
hombres y mujeres, disfrutan su uso, engalanan las ciclo rutas y enseñan que
son parte de la solución al caos de movilidad urbano.
No obstante las bondades del sistema le
corresponden a la Secretaria de Movilidad de la ciudad, reglamentar su uso. En
materia de seguridad la utilización de cascos debe ser indispensable. Respetar
las normas de transito, velocidad máxima, tener licencia de conducción vigente,
emplear las vías, especialmente las ciclo rutas y ciclo bandas, y no los
andenes, es parte de la cultura ciudadana que debe ser implementada. La
inspección y monitoreo permanente de los equipos, especialmente, en cuestiones
de seguridad, es imperioso.
Desconozco como se
beneficia el municipio al ceder el uso del espacio público al innvador sistema.
Igual me declaro neófito si los equipos contribuyen con parte de la tarifa a
campañas de culturización del nuevo fenómeno o si existe valor diferencial para
poblaciones estudiantiles. También me pregunto si hay integralidad planificada
con el Sistema de Transporte Masivo como grandes generadores de usuarios. Igual
me inquieta saber si los equipos han sido técnicamente especificados para
ascender las pendientes de nuestras laderas, aliviando la gran demanda de
usuarios de estas zonas de la ciudad o solamente son funcionales en el plan.
Cali precursora y
pionera de este novedoso sistema, debe convertirse en ejemplo y modelo de
convivencia del furor de las patinetas.
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