Primer año del cambio fundamental del Presidente Duque

Colombia acaba de celebrar doscientos años de la batalla de Boyacá, hecho y lugar precursor de nuestra libertad. 

Con lujo de detalle, Alberto Silva Scarpetta, miembro de la Academia del Departamento del Valle, estudioso de nuestra historia, nos guía en el recorrido histórico de la nación, precisando que la verdadera efemérides de la independencia fue tres años y medio después, el 7 de Abril de 1822, tras la batalla de Bomboná, la que liberó el país de la corona española. No obstante, la fecha 7 de Agosto, tiene especial y profundo significado. Es por ello que la posesión ceremoniosa presidencial, se da en esa fecha, unos días después de la instalación del congreso, la cual ocurre el 20 de Julio, convirtiéndose esta ultima en la despedida del presidente saliente. 

Iván Duque se posesión como el 33º Presidente hace un año marcando el hito histórico de ser el presidente mas joven de nuestra historia democrática. Ese día, en su discurso inaugural, sorprendió, con dos hechos significativos. El primero de corte tecnológico y el segundo de impacto político. 

Cuando iba a empezar su declamación, el equipo del teleprompter, cientos de veces ensayado, no funcionó. Esta falla, que para algunos dirigentes hubiera sido un acabose desastroso, no fue notada por los millones de televidentes presenciando la ceremonia. Su compromiso, conocimiento del país, su trabajo legislativo intachable y la proyección que prometió en campaña superaron el impasse y discursó de memoria lo que había escrito.   

Sin colocar espejo retrovisor, Iván Duque proyectó cambios fundamentales para su cuatrienio en la forma de ejercer la función publica, con autoridad, respeto e institucionalidad. Su bandera de transparencia, alejada de viejas y arraigadas costumbres de negociar recursos y burocracia por favores legislativos, mejor conocido como “mermelada”, sería cosa del pasado. Su gabinete, con excepción del canciller y Ministro de Defensa, seria cantera de jóvenes profesionales, provenientes del sector académico, gremial y productivo, con clara proyección de hacer cambios estructurales en la administración publica. La función presidencial se exteriorizaría en búsqueda de afianzar alianzas políticas y económicas entre naciones. El tema de Venezuela, el principal escollo por el impacto del éxodo a Colombia, tendría prioridad diplomática. El crecimiento económico se basaría en claras reglas de juego de confianza inversionista para nacionales y extranjeros. Libraría batalla frontal contra el narcoterrorismo y sustitución de cultivos. La abultada pauta oficial, seria concedida con criterio diferente al pago de favores y predilección para que hablaran bien de su gobierno. El periodismo tendría su lugar con vocación de comunicar objetivamente, basados en buena investigación informativa.  

El país acostumbrado a discursos “veintejulieros” y los anteriores ocho años de pomposas etiquetas, recordando tiempos monárquicos, fue sorprendido por una juventud con dinámica capacidad de trabajo, dejando trabajar a su equipo inmediato de colaboradores. Presentó al Congreso proyectos de necesarias reformas en lo tributario, judicial y reparos a algunos elementos del Acuerdo de la Habana, firmado por el expresidente Santos y el excombatiente, Londoño, mejor conocido por su alias, “Timochenko”.  

No logró mayorías en el Congreso, pues cumplió con abolir la “mermelada”. Este hecho y la no aprobación de los proyectos, sencillamente confirmó y desenmascaró la descomposición de un poder legislativo, que, con excepción de su partido de gobierno y algunos aliados, no querían dar el cambio hacia el bien común por encima de la enquistada corrupción. Los medios también dispararon contra el gobierno, esperando ablandamiento y así volver a ser beneficiados con pauta oficial. Poco tocó la burocracia del gobierno anterior, mal recibido por el partido de gobierno, pero peor aún, despreciado por sus propias bancadas parlamentarias. Empezó el tortuoso camino diplomático, maleteando como ávido vendedor, proyectando el país al futuro, alejándonos de ser considerado una narco democracia. Las oportunidades de inversión, turismo, generación de empleo formal, moderno, tecnológicamente acoplado, oasis para la innovación de “milenios”, fundamento de su “economía naranja”, se ha convertido en principal reto. Con ello vendrá las estadísticas de crecimiento económico, superando la negatividad de algunos analistas, y una izquierda populista, que aun creen que el destino colombiano debe ser similar al equivocado sueño bolivariano castro-chavista del socialismo del siglo XXI.

El primer sondeo del primer día del segundo año, empezó revirtiendo la tendencia negativa de las acomodadas encuestas, que, como aves de mal agüero, querían enlodar la brillantez, el compromiso y la nobleza de la juventud encarnada por el Presidente Iván Duque.

La constancia  y perseverancia  dará su fruto. Entregará, al final de su mandato, otro país, otra nación y un futuro mejor, festejando la verdadera independencia ese 7 de Abril de 2022.

 “Roma no se construyó en un solo dia.”

https://guillermoulloatenorio.blogspot.com/2018/03/ivan-duque.html

Comentarios

  1. Estamos alineados. El país avanza y el Presidente Duque adelanta su obra de Gobierno de acuerdo a las promesas de campaña, auncuando los politiqueros sectarios, los resentidos, los codiciosos sin mermelada y los enemigos de Colombia, principalmente farcsantos, Petrochenko, la cúpula fariana y sus camarillas de la infamia, pongan palos en la rueda todos los dias. Colombia progresa !!!

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  2. The Economist, New York Times, BBC, DW consideran a Duque un inepto. Yo les creo

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