Reactivación y dinámica recuperación es impulsada por la resiliencia, empuje y dinamismo del sector privado


Durante el reciente encuentro de capitales impulsado por el gremio de banqueros Asobancaria, el gerente general del Banco de la Republica, presentó halagüeñas y optimistas perspectivas de crecimiento económico para este año (2021). En contexto se refirió a la expectativa pesimista de principios de año de un 4,6% de crecimiento. 

 

En lo corrido del año fue evolucionando el optimismo, pese a los absurdos bloqueos y paros de los descerebrados y descalificados impulsadores, pasando a 5% en abril, 6.5% en junio, 7.5% en julio, llegando a la actual cifra de 8.6%. La tendencia no parece aflojar y algunos economistas coinciden con la apreciación del Banco de la Republica, de una posibilidad de registrar crecimiento de doble digito, por encima del 10%, indicador que Colombia no ha sostenido en su historia reciente.

 

Pese a los bien intencionados, pero desorganizados esfuerzos del aparato estatal, en todos sus niveles, nacional, regional, y municipal, la reactivación es impulsada por la resiliencia, empuje y dinamismo del sector privado. Las tasas de desempleo registran marcada disminución acompañada de baja inflación. Obras civiles de infraestructura y construcción de unidades comerciales, industriales y residenciales son factores dinamizadores. La ocupación hotelera, un indicador del empuje del turismo se acerca al 50%, generando mas de medio millón de empleos directos e indirectos en todo el país. Los establecimientos comerciales y restaurantes vuelven a recibir niveles de trafico de compradores de épocas pre pandemia. El sector salud, dedicado por veinte meses en atender la pandemia, empieza a atender cirugías, tratamientos, rehabilitación, citas medica y atención clínica, después de registrar altos niveles de represamiento y parálisis. El índice de confianza del consumidor, dato estadístico publicado por Fedesarrollo reporta índices positivos con aumentos en todos los niveles socioeconómicos.

 

A lo anterior debe sumarse los precios internacionales del petróleo, rondando US $ 80 el barril, aceite de palma africana de US$ 500 tonelada a US$ 1,100 en agosto, azúcar de un promedio cercano a los US$ 0,10 a US$ ,20 por libra en octubre y café de un promedio de US $ 1,00 a US $ 1,87 libra. 

 

Quizás lo mas importante de este panorama económico, exceptuando el sector de hidrocarburos, se fundamenta en la irrigación uniforme de recursos en todo el territorio nacional. Los cultivos de palma africana se ubican en 161 municipios de 21 departamentos. No obstante, la concentración de cultivos de caña de azúcar en el valle geográfico del rio Cauca, el precio también se refleja en la panela, cultivada en mas de 511 municipios de 28 departamentos. Igual impacto económico positivo y geográfico reciben los mas de 700 municipios cafeteros. En menor grado, pero igual importancia merecen nuevos horizontes agropecuarios de frutas, especialmente aguacate y cacao, sembrados en mas de diez departamentos con visión exportadora. 

 

https://guillermoulloatenorio.blogspot.com/2020/09/agro-impulsara-definitivamente-la.html

 

Es importante resaltar estos positivos indicadores pues las aves de mal agüero presagiando desastres donde no los hay, están totalmente equivocados. La desigualdad, índices de pobreza e informalidad laboral no se corrigen con programas asistencialistas con cargo al erario. Se solucionan y mejoran con políticas de estado garantizantes de procesos de protección al emprendimiento empresarial, amparados de adecuada regulación laboral, prudencia fiscal y facilidad de crédito encaminadas hacia la recuperación dinámica de la economía. 

 

https://guillermoulloatenorio.blogspot.com/2020/04/recuperacion-de-la-economia-despues-de.html

 

Con optimismo, trabajo y compromiso Colombia saldrá triunfante del meollo.

 

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