2021, en términos económicos, el mejor de la historia

 


El cierre del año 2021, en Colombia y en términos económicos, será considerado el mejor de la historia. Después de la devastadora pandemia global el rebote de las economías, a nivel mundial, muestran claros indicios de dinámica reactivación y la nación registra favorables indicadores. 

 

El juicioso y ambicioso propósito de vacunación masiva da sus frutos. Hoy el 52% de la población ha recibido por lo menos una dosis y la anhelada inmunidad de rebaño se empieza a sentir. Nuevamente los colombianos volvieron a salir de su obligado encierro, disfrutando el entorno y servicios que, por casi dos años, les habían sido elusivos.

 

Según las ultimas proyecciones, el país crecerá muy cercano al 10%, el comercio dobla esa cifra y la industria también muestra crecimiento de doble digito. El salario mínimo supera, por primera vez, el millón de pesos mensuales, con un aumento del 10,07% y hasta ahora la inflación, aunque la mas alta de los últimos años, se sitúa cercana al 5.5%. Del estancamiento e inusitadas demoras en la terminación de grandes proyectos de infraestructura, el respaldo del gobierno ha sido fundamental, entregando importantes obras que agilizan el flujo de personas y mercancías.

 

Según la revista The Economist, Colombia ocupó el primer lugar de 100 países analizados del “Indicador de normalidad global”.

 

https://guillermoulloatenorio.blogspot.com/2021/10/reactivacion-y-dinamica-recuperacion-es.html

 

No obstante que las expectativas son halagadoras, se vislumbra en el horizonte la preocupación de administrar con cautela, serenidad e inteligencia la dinámica del fenomenal desarrollo. En los últimos meses, la inflación acompaña de la mano el crecimiento. Por efectos lógicos de la pandemia, el ahorro individual creció, mientras el consumo disminuyó.  

 

Superado el fenómeno, el ahorro disparó el consumo y la demanda por bienes tangibles, mas que servicios. Las cadenas logísticas de suministro no dan abasto, los puertos totalmente congestionados, hay escasez de contenedores, material de empaque, cajas corrugadas, el petróleo y sus derivados han subido casi un 60%, dólar por encima de $ 4 mil, y el efecto en los precios de alimentos al alza. Los demenciales bloqueos de abril y mayo se hicieron sentir con precios especulativos, no del todo corregidos, sino que algunos se quedaron a esos niveles. 

 

Estados Unidos, nuestro principal socio comercial, experimenta la mayor tasa inflacionaria de los últimos cuarenta años, situándose cercana al 7%.  Por ello los encargados de política monetaria empiezan a vislumbrar la inflación como un nubarrón que requiere ser monitoreado cautelosamente. Los principales bancos centrales han aumentado la tasa de interés, encarecimiento que, de alguna forma, puede contrarrestar el efecto inflacionario, y en el caso nuestro, el Banco de la Republica ya anunció incremento de la tasa de intervención, lo cual llevaría a aumentar las tasas de interés del crédito, buscando desestimular y controlar el consumo impulsivo.

 

Los sabores dulces de un refrescante coctel no pueden amargarse por un inadecuado manejo macroeconómico. Los candidatos presidenciales y sus equipos programáticos tienen una ardua tarea de esbozar el manejo que darán a la economía ante fenómenos de crecimiento e inflación, sin perder el rumbo que pueda desencadenar en profunda y catastrófica recesión, borrando el desarrollo socio económico logrado.

 

Por lo pronto brindemos por un excelente año venidero, agradecimiento por el año que pasó, los amigos y familiares que se fueron, y bendiciones para seguir gozando excelente salud.

 

Agradecimientos a mis pacientes lectores. Nos veremos nuevamente, desde esta tribuna, el próximo año. Felicidades.

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