De la retórica al pragmatismo


La campaña presidencial entra en su última y definitiva etapa. La primera vuelta sorprendió con los resultados de un “lobo solitario” disputándose con el eterno candidato de la izquierda. Pero más allá de ideologías y modelos económicos, la sorpresa está en el diametralmente opuesto perfil y manejo de las respectivas campañas políticas para cautivar el voto.

 

Por el lado de Gustavo Petro, su campaña sigue los estándares tradicionales. Movilización de seguidores a la plaza pública, publicidad exterior y personal de apoyo para la actividad de volanteo. Seguida de incalculable inversión en pauta comercial, es decir publicidad política pagada, en grandes medios televisivos, radiales, prensa impresa y digital, y transmisión de triunfadores videos, grabados profesionalmente, en los más destacados sitios digitales, como YouTube, Facebook y Twitter.  

 

Rodolfo Hernández ha sido austero en su campaña. Ha invertido poco en publicidad exterior, irrisoria actividad de volanteo y baja pauta comercial pagada. Su estrategia de comunicación se ha centrado en fortalecer su presencia en redes sociales con contenido de contundente prácticos mensajes cortos, información alimentada desde una pequeña bodega de impulsadores al interior de su campaña.

 

Las cifras reveladas recientemente registran abismal diferencia. Los ingresos de Petro totalizan $ 19 mil millones, mientras Hernández apenas llega a $ 4,1 mil millones. La propaganda electoral, actos públicos y transporte de Petro suman $ 10 mil millones contrastando con la inversión, en estos mismos rubros de $ 2,3 mil millones de Rodolfo. La inversión mas importante de Hernández está en la administración por $ 600 millones mientras Petro invierte la mitad, es decir $ 300 millones. 

 

Si se mide la eficiencia por punto porcentual obtenido en la primera vuelta, cada punto porcentual de Petro cuesta $ 25 millones, mientras Hernández es de apenas $ 11 millones.

 

Indudablemente las cifras reportadas son un indicador de prudente manejo de recursos de Hernández. Mientras la campaña de Petro invierte ocho veces más, los resultados de las ultimas mediciones, con Rodolfo encabezando la intención de voto, superando el 47% y Petro rezagado con un 43%[1], dejan un claro mensaje de prudencia y eficiencia, contrastando con el imprudente y delirante manejo de recursos de la campaña petrista.

 

Así las cosas, se empieza a vislumbrar, con hechos, cifras y realidades, que las propuestas de Hernández, enfocadas hacia un manejo prudente, austero y acorde a la capacidad fiscal del país, son viables.  

 

Reducir el IVA, no proyectar reformas tributarias, impulsar e incentivar la producción, subsidiar la tasa de interés de créditos al pequeño y mediano emprendedor comercial, industrial, agropecuario, transportador, de paso, ampliando la base contribuyente, son beneficios que se lograrían redimensionando el abultado estado, amparado por un severo recorte del gasto público y acompañado de ejemplarizantes medidas judiciales contra la corrupción, medidas que factibilizan sus propuestas.

 

Aún estamos a la espera de que el candidato Petro simplifique sus promesas y explique la razón de proyectar reforma tributaria superior a $ 50 billones anuales, llevando a la devastación del contribuyente aparato productivo, de paso aniquilando el desarrollo socio económico logrado históricamente.

 

Es el momento de pasar de la retórica de disputa ideológica al pragmatismo de la realidad del país, cerrando brechas de desigualdad, inequidad y pobreza. Se requiere prudente, eficiente y experto manejo del erario y la función pública, en vez del engrandecimiento burocrático ineficiente, despilfarro y desgreños administrativos a los cuales no hemos acostumbrado. 



[1] Guarumo SAS – Ecoanalitica entre el 1º y el 4 de Junio

Comentarios

Entradas populares de este blog

Juegos Panamericanos; De la Gloria de Cali al Infierno de Barranquilla

Centenaria costumbre de soportar el calor de temporada

¿Rebeldía o Anarquía?