La buena imagen de la COP 16 confirma la vocación de ciudad verde
El evento más importante de biodiversidad del planeta tuvo a Cali como sede de su décima sexta versión. Mostró la ciudad y región con la amabilidad de su población, los ritmos del folclor del Pacificó, su identidad como la capital mundial del baile y la salsa, oferta gastronómica, pero por encima de todo una región bendecida por su clima, sus parques urbanos naturales, riqueza hídrica, y convivencia de flora y fauna.
En los últimos nueve años, desde que se realiza el evento de avistamiento más importante; el “Global Big Day”, Colombia ha sido reconocido como el país que alberga la mayor diversidad de aves del mundo. La ciudad ostenta ser la ciudad urbana con mayor registro de aves del país, reconocida como la capital aviar del continente. Algo que quizás la mayoría de los caleños, no obstante, escuchamos y observamos aves en nuestro diario acontecer, la costumbre hace que este milagro pase desapercibido. No así para el visitante que es maravillado por esta belleza natural.
El zoológico y el jardín botánico de la ciudad han sido dignos representantes de mostrar la biodiversidad, no en forma improvisada para el evento, sino de una vocación ambiental consolidada a lo largo de más de seis décadas.
La ciudad está a la vanguardia de la tendencia mundial de ciudades verdes, con alto sentido de responsabilidad medioambiental, motivando una constante educación ambiental y uso responsable de los recursos naturales, convirtiéndose en ciudad que propicia entornos más equilibrados y sanos.
En este sentido, el Concejo, liderado por la Alcaldía y el Dagma, en razón y sabiduría, al igual que la duma departamental, sí así lo consideran, deben distinguir la ciudad como la capital verde del país.
Cali disputa lugares de privilegio con otras urbes como Malmö, la tercera ciudad más grande de Suecia, Vitoria-Gasteiz, en España reconocida como Capital Verde Europea 2012, Vancouver y Montreal en Canadá, San Francisco, Seattle y Portland en Estados Unidos, Curitiba y Belo Horizonte en Brasil.
El tesoro envidiable en el cual vivimos los caleños, opacado por el absurdo afán de la cotidianidad, no permite que lo apreciemos en su grandeza. Los miles de visitantes han valorado sobremanera durante las dos últimas semanas de octubre (2024) el esplendor caleño, alejados de sus fríos e inhóspitos escritorios de trabajo.
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