Las perlas de la reforma laboral

 


Aún en discusión en el Congreso, la reforma laboral sigue siendo un tema relevante. El proyecto presentado por el gobierno nacional, bajo su ideología progresista, tenía como objetivo ofrecer mayores garantías y privilegios a organizaciones sindicales. Sin embargo, en la pasada legislatura se modificaron algunos de los artículos propuestos. Al reanudar la discusión para abordar la consulta popular, el tema y su articulado están siendo analizados con mayor profundidad.

 

Desafortunadamente la equivocada ideología progresista enmarcada en el proyecto trae una serie de errores conceptuales, abriendo una infinita caja de Pandora, que, en el tiempo, desestimulan el trabajo formal. Con los recargos nocturnos, horas extras, modificación de horarios y compensación de días festivos la carga laboral, en especial hacia las pequeñas y medianas empresas, será difícilmente asumida por el sector productivo.

 

Al discutir el proyecto, los legisladores no consideraron la tercera ley de Newton, que establece que para cada acción hay una reacción igual y opuesta.

 

Basta recordar la huelga de corteros de caña del 2007 que detuvo el sector agroindustrial en el Valle del Cauca por dos meses. Promovida por actuales miembros del Pacto Histórico, no obstante, buscaba mejorar algunas condiciones laborales, la reacción del sector fue la automatización y mecanización de la actividad. Dieciocho años después la cantidad de trabajadores tradicionales de la caña ha disminuido significativamente y el representativo cortero es figura del pasado.

 

La reforma laboral afectará directamente a los sectores que operan 24/7. Se estima que el costo del servicio de vigilancia privada será de $19,2 millones por persona/mes. Estaciones de servicio, hotelería, restaurantes, discotecas, panaderías, casetas de peajes, entre otros, con horarios extendidos también se verán impactados.

 

Empresas, centros comerciales y conjuntos residenciales reducirán los servicios de vigilancia, adoptando sistemas tecnológicos de monitoreo remoto, mejor iluminación, más cámaras de vigilancia, eliminación de porterías y uso de tarjetas inteligentes. Además, exigirán mayor responsabilidad a la Policía Nacional.

 

El sector hotelero, similar a lo que sucede a nivel global, reducirá los ciclos de servicio diario a las habitaciones. El servicio a las habitaciones y cafeterías será reemplazado por máquinas expendedoras. La recepción estará automatizada, y el servicio de botones y lavandería no estará disponible.

 

Las discotecas y restaurantes tendrán horarios más cortos. Las panaderías venderán productos congelados para casa. En las estaciones de servicio, cada conductor surtirá su vehículo. Los supermercados serán autoservicios completos. Los lavadores de vehículos serán reemplazados por máquinas. El “hágalo usted mismo” se volverá común en muchas actividades.

 

Las pequeñas empresas se orientarán hacia prácticas más informales para reducir la carga prestacional y pagarán a destajo por labor realizada. Las medianas empresas automatizarán sus procesos y utilizarán inteligencia artificial para llevar a cabo tareas administrativas.

 

Pero quizás lo mejor de la reforma es recortar la jornada horaria a 42 horas semanales e impulsar el trabajo solo cuatro días a la semana.

 

Todos los viernes serán festivos, que sumados a los lunes “Emiliani”, serán los super puentes de la Colombia Festiva.


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