Elecciones atípicas, una decisión histórica




Desde que se introdujo la elección de alcaldes por voto popular, hace más de dos décadas, es la primera vez que Cali tiene ocho candidatos disputándose en la recta final. En las anteriores ocasiones el proceso se decantaba, dejando pocos aspirantes con propuestas similares, en la cual la decisión electoral fue el voto emocional más que la fortaleza de sus propuestas.
Los temas más sensibles de la población, en seguridad, movilidad y oportunidades de empleo  han generado propuestas similares, muchas copiadas de los pocos planes estructurados inscritos en el momento del registro como candidato. No obstante el elector tiene inmensa responsabilidad de acertar quien realmente ofrezca dar solución de manera práctica, viable y aterrizada.
La población caleña ha realizado un esfuerzo, sin precedentes, tributando el mayor aporte que el municipio ha realizado en su reciente historia. La actualización catastral, técnicamente ejecutada, permitió recaudar, en el último año, la cifra más importante de su historia reciente. Acertadamente, se tomo la decisión de revertir la administración fiscal y tributaria, a cargo de un tercero privado, cuyos resultados fueron desastrosamente nefastos para las administraciones anteriores. El manejo directo de recursos consagró positivamente que los recursos públicos deben ser administrados directamente por el municipio.
La administración actual dinamizó la inversión social en programas de educación, salud, nuevas tecnologías e inclusión poblacional que permitió una irrigación importante de recursos impactando positivamente y mejorando índices de pobreza, inclusión y equidad.
Lamentablemente recursos que demanda la infraestructura vial, atendiendo el incremento de su parque automotor, fueron insuficientes para mejorar programas de movilidad. Igual lunar fue la falta de inversión en mejoramiento de servicios básicos públicos, en especial el suministro de agua potable, y la consolidación de un verdadero sistema integrado de transporte que brinde satisfacción de servicio a los usuarios del transporte público. Finalmente también se rajó la administración en la ausencia de programas de vivienda prioritaria y social que corrijan el enorme déficit que año tras año se viene acumulando.
Lo importante, en el momento de elegir, conociendo que la tributación incrementada, será cinco veces mayor, es considerar la capacidad del candidato en la ejecución, en forma transparente y cristalina, las inversiones que la ciudad demanda.
El elector, inteligentemente, debe analizar cuidadosamente la trayectoria, experiencia y formación del candidato, que en su parecer racional, hará el mejor uso del recurso público. Debe considerar, aunque el aspirante sea bien intencionado, que estructuras políticas lo acompañan y cuales serian los compromisos adquiridos con sus padrinos. El pasado mostró que las estructuras y ambiciones políticas de sus mentores comprometieron la gobernabilidad e inhabilitaron la independencia que debía tener el mandatario en ejercer con autoridad, respeto y mando su función.

El futuro de la ciudad está en cada uno de nosotros. Saber elegir bien, por encima de razones emotivas, que nuevamente no nos conduzcan hacia el abismo y oscurantismo que vivimos hace unos años.

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