MIO y el inicio de las ventanas rotas


El transporte masivo en Cali, como solución de movilidad para el medio millón de usuarios diarios, se ha convertido en una verdadera odisea. A los inconvenientes de frecuencias, tiempos de espera y lentitud de recorridos se suma la incomodidad, cada vez más acentuada, por falta de autoridad.

Los accesos a las estaciones se encuentran invadidos por vendedores de frutas, chontaduros, biblias, aguas azucaradas, dulces y pasa bocas, sin control alguno de la Secretaria de Gobierno.
Una vez al interior de las estaciones la desidia del operador de las mismas se hace evidente. Los monitores informativos, determinantes para informar itinerarios y ayudar en seleccionar la mejor alternativa, en la mayoría de veces, desactualizados o por fuera del sistema, desinformando y obligando al usuario en abordar el primer bus disponible. Las puertas de acceso de las estaciones a los buses, en su mayoría, inoperantes por falta de mantenimiento. La solución temporal, a la espera de realizar el mantenimiento y reparación dejándolas abiertas, son invitación al desafío de los colados, mientras auxiliares de policía asignados a la seguridad, entretenidos chateando por celular.
Al interior del bus el civismo desvaneciéndose. Una vez iniciado el recorrido, se empiezan a escuchar las suplicas de los “vivos bobos”, nacionales y extranjeros, enunciando que por falta de oportunidad laboral, obligaciones o alguna desgracia familiar, se han visto obligados a recurrir a esta práctica. Recorren el apretujado corredor del bus, solicitando “respetuosamente” donativo al pasajero. Al llegar a la siguiente estación sincronizadamente se bajan y son relevados por músicos callejeros, raperos, boleristas, vallenateros incomodando al usuario por el alto volumen de sus parlantes. A esta proliferacion se suman otros pedigüeños quienes abusando de su limitación física, imploran compasión. No obstante este tipo de conducta y comportamiento son prohibidos, no hay autoridad que las haga respetar.
A este panorama se suma la pericia, cada día más exigente, del conductor del articulado, quien desafía permanentemente la invasión del carril de uso exclusivo, ante la mirada impávida de la Secretaria de Transito Municipal. La Policía Nacional, tanto motocicletas como vehículos, ha optado por usar el corredor evitando el pesado tráfico urbano. Ambulancias, con sus sirenas alborotadas, han decidió que el carril también es para su uso. Los carretilleros recicladores del centro, con su voluminosa carga y la imposibilidad de recorrer estrechas vías, a quienes se suman algunos intrépidos y abusivos motociclistas, hacen uso del corredor como si ellos pertenecieran al sistema.
Los catedráticos norteamericanos James Q. Wilson y George Kelling desarrollaron la 'teoría de las ventanas rotas', que concluye que el delito es superior en las zonas donde el descuido, la suciedad, el desorden, el maltrato y falta de autoridad son mayores.
“Si se rompe un vidrio de una ventana de un edificio y nadie lo repara, pronto estarán rotos todos los demás. Si una comunidad exhibe signos de deterioro y esto parece no importarle a nadie, entonces allí se generará el delito. Si se cometen 'pequeñas faltas' y las mismas no son sancionadas, entonces comenzarán faltas mayores y luego delitos cada vez más graves.”
No podemos dejar el MIO se convierta en ese edificio donde se rompieron todas las ventanas y esos mismos espacios abandonados por la gente sean progresivamente ocupados por los delincuentes.
Estamos iniciando el proceso de las ventanas rotas por falta de apropiación de las autoridades a lo que prometió ser una solución al transporte urbano caleño.


Comentarios

  1. Usted dá en el clavo; el MIO hay que rescatarlo ahora. Pero además de ejercer autoridad se requieren gerencia y recursos.

    ResponderEliminar
  2. Todo comienza por la falta de educación y civismo de los Caleños,además del oportunismo de las cías de transporte que se negaron a la apertura del Corredor Ferroviario,hace más de 30 años que se está luchando por su implementación.

    Fernan Giraldo

    ResponderEliminar
  3. Guillermo, muy buen artículo, pero no estoy de acuerdo con algo fundamental: Hace mucho rato que se rompieron esas ventanas. No estamos empezando. Ya se deterioró ese Edificio móvil que se llama MÍO. Noto que usted no utiliza ese Sistema de Transporte Masivo y no sufre las peripecias que se viven en el 'monstruo azul'.
    Además de lo que usted denuncia, hay muchas más cosas: admistrativamente nadie puede controlar de manera real los ingresos del MÍO (los empresarios dicen que están trabajando a pérdida y el Municipio debe subvencionarlos, ya llevamos más de $130.000 millones de Guerrero a Armitage); a muchos buses ya no les funciona el aire acondicionado; las frecuencias ya son 'retardancias'; hay pocos padrones y alimentadores (no están funcionando todos los buses como debería ser); las rutas son cambiadas constantemente con el mayor irrespeto para el usuario. Tenemos un alcalde llorón, indocumentado (perdón, falto de conocimientos) y sentido común, que ya va a iniciar los "encantadores" días sin carros y motos porque según sus asesores eso es chévere y está de moda en la moderna sociedad-ecológica-loca. Si el servicio MÍO fuera bueno, lo aceptaríamos no los dos días, sino los 12 meses del año.
    Prueba de todo esto por la inoperancia del masivo,es el florecimiento del transporte pirata, motos, gualas, carros nuevos y viejos, bici-taxis y también taxis amarillitos haciendo de colectivos que la gente usa "desordenamente felices" porque les parece que todo lo ilegal es sabroso y la verdad es que es más barato y SÍ funciona porque los usuarios de los piratas pueden llegar a tiempo a su destino y todo porque las ventanas ya están rotas.

    Fito Hurtado

    ResponderEliminar
  4. Fito,

    Gracias por tus comentarios. Indudablemente te asiste la razòn en que existe un problema estructural del SITM. Las diferentes admnistraciones no han profundizado y se han limitado a "escuchar" la queja permanente de los operadores, que desde que iniciaron aducen perdidas operacionales. Siempre he sostenido que a simple "regla de tres", habiendo retirado 3300 unidades de transporte convencional de 4500, o sea aproximadamente el 75% de la flota apenas se mueven 500 mil viajes, como van a llegar al millon de viajes con el 25% restante. Quiere decir que el numero estimado de la demanda estaba inflado desde su concepcion. Si este supuesto de viajes diarios actuales (500 mil) se mueven con el 66% de la flota, tampoco se llegarìa al millon esperado, aun saliendo a operar la flota disponible.METROCALI se ha preocupado por ejecturar obras civiles y poca atencion le presta a la logistica de mover pasajeros en forma eficiente y puntual. Buena parte del problema radica en la debilidad y precariedad estructural del proceso de alimentacion, a lo cual debe sumarse la ineficencia de los padrones que soportan el recorrido sobre la infraestructura de carriles mixtos, a la velocidad del trafico urbano, incumpliendo frecuencias y demoras en transbordos.
    Limitar el transporte particular, perseguir la informalidad y proponer teorias mockusianas de dia sin carro son inocuas. Acertadamente lo dices "Si el servicio MÍO fuera bueno, lo aceptaríamos no los dos días, sino los 12 meses del año." La elemental fuerza del mercado hace que el usuario solucione su problema de movilidad en forma individual y no colectiva.
    Soy usuario, en promedio utilizando el MIO cinco veces a la semana, pero tengo ventajas de no tener que desplazarme en horas pico y mis recorridos se limitan a emplear las rutas A01, A02, A06, A11, A14A, P30A, P27C, P27D, T31, E21, E31 y esporadicamente la P72 y P17, la mayoria sin problema de alimentacion.
    En mi escrito quise hacer observaciones de la incomodidad que se vive diariamente sin entrar al analisis estructural que en otras ocasiones habia escrito sobre ello. En los primeros cinco meses de Armitage no se ve ninguna novedad, y al igual que con la Gerencia de Emcali, se equivoco en la seleccion del perfil de la Presidencia de METROCALI.

    Las ventanas, como la imagen del articulo,y como lo planteas ya se empezaron a romper.

    Cordialmente,

    Guillermo

    ResponderEliminar
  5. Excelente su reflexión doctor Guillermo Ulloa y muy válida la consideración de que hay más infraestructura que capacidad para mover pasajeros y mucho menos eficiencia en el servicio
    El MÍO es:
    Malo.
    Incómodo.
    Obsoleto.

    Poe eso se llama MÍO.

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

La jugada maestra de Jaime Gilinski

Juegos Panamericanos; De la Gloria de Cali al Infierno de Barranquilla

La Vaca Antioqueña y nuestro Compromiso Valle