Obras viales en el Valle

Con beneplácito se recibió el anuncio del Ministerio de Transporte y la Agencia Nacional de Infraestructura de inversión, superior a $ 1.4 billones, de obras en el Departamento del Valle.
La iniciativa originada en las necesidades regionales, liderada por la Gobernadora Dilian Francisca Toro, es representativa para la conectividad, movilidad y competitividad del Valle del Cauca.
Se rescata en este paquete, obras que descansaron por décadas en los anaqueles de la burocracia departamental, como la ampliación de la antigua vía Cali-Yumbo, proyecto archivado desde la década de los noventa, con el entierro de la entidad de Valorización Departamental.
La ampliación de la via Cali-Candelaria, castigada por caprichos políticos populistas parroquiales demorando su construcción más de veinticinco años, es otro acierto anunciado.
Otra obra de descongestión urbana, previamente decretada en las inconclusas obras de la administración del Alcalde Ospina, es la entrada de la vía al Mar, desde el reten forestal y los barrios contiguos del Rio Cali, en su entrada al casco urbano. El escollo a superar para su ejecución está en la juridicidad, pues fue decretada, facturada y pagada por los caleños. Ojala no se convierta en un galimatías jurídico de presunciones y círculos viciosos.
“Pequeñas grandes obras”, término acuñado y pregonado por el ex gobernador Germán Villegas, de conexión de centros poblaciones del norte del departamento mejorando la cadena de suministro entre productor campesino y mercado han sido incluidas en el programa.
No obstante la enérgica y plausible intención del Departamento, especialmente para la complejidad vial de Cali, se requiere revisar, actualizar y modernizar diseños, tanto a la luz de novedosas opciones y alternativas constructivas como impactos y responsabilidad ambiental que conllevan los proyectos.
Los diseños deben prever beneficios de movilidad a la luz del incremento del parque automotor, vías de uso exclusivo para sistemas de transporte masivo intermunicipal e interconexión con tren de cercanías.
La conectividad de las obras con la envidiable malla vial existente, que integra el norte, oriente y sur del país, futuros trazados como la vía Mulalò- Buenaventura y terminación de la autopista Buga-Buenaventura, deben ser considerados para darle continuidad a la competitividad regional.
El anuncio de las obras con recursos nacionales es complementado con aprobaciones, en el seno de la Asamblea Departamental y Concejo Municipal caleño, de vigencias futuras y empréstitos autorizados, para inversión en proyectos integrales regionales de impacto estratégico. Para todas es indispensable contar con diseños y estudios definitivos terminados ajustados presupuestalmente sin caer en la improvisación reciente del MIO y las megaobras caleñas.
Las obras individuales, por sí mismas, no parecen importantes, pero integradas se convierten en dinamizador regional de alta competitividad para nuevas iniciativas empresariales.
Es un aporte contributivo e ideal para la agroindustria regional, zona industrial tradicional de Yumbo, zonas francas industriales del sector adyacente al aeropuerto, las creadas por la Ley Páez en el norte del Departamento del Cauca, la más importante zona franca de servicios del país, ubicada en el triangulo vial de Cali - Puerto Tejada-Jamundí e interconexión poblacional de conurbación regional.
El Valle del Cauca no puede ser inferior al desafío  y oportunidad comercial con los países miembros de la Alianza del Pacifico y las potencias asiáticas que conforman la dinámica cuenca pacifica.
El reto de las iniciativas está en la coordinación cronométrica, hacia el desarrollo sostenible y estratégico regional, dejando a un lado protagonismos individuales y posturas de poder.


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