¿Es la bicicleta la prioridad en movilidad?
Anuncia la administración municipal la
incorporación de 190 kilómetros de ciclo rutas en los próximos dos años a la
infraestructura de movilidad urbana. No obstante, lo positivo de la iniciativa
es contrarrestada con la reducción de carriles para vehículos en 59 tramos.
El impacto de reducir carriles existentes
para ser entregados a la bicicleta es la más costosa opción de uso por km. de
vía.
La importación de modelos de movilidad de
bicicleta de países con larga tradición y cultura ciudadana deben ser
profundamente analizados antes de ser adoptados improvisadamente a nuestra
realidad tropical.
La planificación urbana debe contemplar la
bicicleta, al igual que la motocicleta, como medios de transporte que requieren
infraestructura independiente e integrada al origen-destino del usuario.
La apuesta de ciudad moderna es tener una
infraestructura de ciclo rutas completa, como son los modelos de las actuales
rutas de la Calle 5, la Calle 13 y la Simón Bolívar y no un potpurrí de
inconclusas ciclo vías y ciclo rutas. Mucho menos reducir los actuales
corredores viales, en detrimento del parque vehicular y en favor del bici
usuario.
En los últimos meses, la ciudad ha
presenciado la problemática suscitada por la reducción de los carriles de la
Avenida Cañasgordas en el sur de la ciudad. No solamente ha generado un caos a
la movilidad de los automóviles, sino que afecta la frecuencia de las rutas del
MIO que sirven la población flotante de la comuna 22. El tiempo de recorrido de
los buses padrones se ha incrementado sustancialmente, consecuentemente
afectando la eficiencia del sistema y de paso desmotivando el uso del sistema
de transporte masivo.
Si observamos el uso de la bicicleta en los
tramos de carriles reducidos adoptados para ese fin el resultado es lamentable.
Mientras en un bus padrón se movilizan cien
pasajeros, en ese mismo espacio de vía se moviliza la quinta parte de usuarios,
es decir una proporción de 100 a 20. A la anterior proyección de uso de vía
debe sumarse la realidad que el experimento arroja. El bajo uso de la ciclo
ruta, contrasta con la congestión vehicular que la reducción impacta a otros
medios de transporte.
La apuesta de la ciudad es el MIO.
Reducir carriles existentes para movilizar
bici usuarios, en vez de destinar el espacio reducido para carriles de uso
exclusivo de buses padrones y alimentadores mejorando la frecuencia y el tiempo
de recorrido debe ser la prioridad. No solamente le restaría congestión a las
actuales vías, en las cuales compiten vehículos y la flota del MIO sino que beneficia todo un sistema ofreciendo
mejor servicio al mío usuario.
La movilidad debe ser integral, incluyente y
articulada a todos los medios de transporte.
Interesante pero desorientado. En su ejemplo de los carriles de la cañasgordas las bicicletas circulan por la berma. Y la problemática de los trancones de la comuna 22 son mucho antes de la implementación de las ciclo rutas. Definitivamente cuando alguien quiere aparecer dice cosas sin sustento pero con mucha imaginación.
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