Propuesta para sustitución de cultivos ilícitos
El último informe de la Oficina de Política Nacional para el Control de Drogas de Estados
Unidos (ONDCP) registra un preocupante incremento de cultivos ilícitos en
Colombia. Crecimiento del 11%, superficie sembrada de 209,000 hectáreas, y
aumento de producción del 19%. Estadísticas validadas, por el Ministerio de la
Defensa de Colombia, que estima el área en 180,000 hectáreas y el Sistema Integrado
de Monitoreo de Cultivos Ilícitos (Simci) de la ONU, cuya evaluación supera
ambos datos.
Colombia es el mayor productor de cultivos ilícitos del mundo
Las no
despreciables 209,000 hectáreas, son comparables al área sembrada en caña de
azúcar del Valle del Cauca, al 20% del área en café, al 40% cultivada en palma
africana, al 50% de arroz y cuatro veces superior al área destinada al cultivo
de banano. Preocupa, aun mas, cuando hace ocho años, Colombia habia dominado el
problema registrando apenas 40,000 hectareas en cultivos ilícitos.
Los factores de
aumento son atribuibles a una política errada de haber suspendido la aspersión
aérea, basada en infundado concepto no obligante de la Organización Mundial de
la Salud (OMS), la titánica labor de erradicación manual, el dominio
territorial de bandas criminales asociadas al narcotráfico, acompañadas por
grupos disidentes de la extinta organización guerrillera, entre otros.
Tratándose de
una problemática mundial, el gobierno nacional no puede ser señalado como el
único responsable. No obstante los esfuerzos nacionales, es lógico que el
incremento de la demanda del consumo, primordialmente externo, y la
rentabilidad exponencial del negocio son factores esenciales del problema.
Se abre una
ventana de oportunidades al gobierno de Iván Duque, para liderar y articular
una política duradera, ejemplarizante al mundo, de sustitución de cultivos
ilícitos incorporando el área hacia un desarrollo de impacto social y económico
formal, comprometiendo los países consumidores.
La preocupación
del gobierno norteamericano, de la comunidad europea y países asiáticos debe
convertirse en planes de acción. Estos gobiernos deben apoyar presupuestalmente
las agencias de las Naciones Unidas y Colombia en proyecto global de lucha
contra el flagelo.
Pueden aportar,
coordinados por la ONU, pie de fuerza en protección de aéreas sustituidas, vinculación de organizaciones internacionales
no gubernamentales, sector fundacional y banca multilateral en programas de inclusión, socialización,
capacitación y educación en técnicas modernas agropecuarias, administración de
la microempresa, uso racional de agroquímicos y recurso hídrico, acompañados de
educación, servicios de salud y satisfacción de necesidades básicas para el
grupo familiar integrante de la población rural.
Los diferentes pisos térmicos y condiciones
climatológicas de las aéreas sembradas pueden ser destinados a infinidad de
desarrollos agropecuarios e industriales. Ganadería bovina, ovina y caprina,
para producción de carne y leche, porcicultura, avicultura, piscicultura,
horticultura, fruticultura, floricultura, café, cacao y palma africana, entre
otros, sustituyendo cultivos ilícitos por oferta agroexportable.
El gobierno nacional podría declarar zona
franca especial las zonas identificadas sembradas actualmente con cultivos
ilícitos en los diferentes departamentos del país, procediendo a legalizar la
propiedad de las unidades productivas en cabeza de sus actuales ocupantes,
dotando de infraestructura vial, secundaria, terciaria y conectividad de las zonas
hacia mercados de consumo interno y externo.
Es el modelo perfecto para generar las
anunciadas reformas laborales de formalización de empleo rural con inclusión en
seguridad social e incentivos fiscales y tributarios a las empresas privadas
nacionales e internacionales que se vinculen al proyecto de sustitución.
Mediante esa plataforma, fiscal, tributaria,
de seguridad física y jurídica, se atraen grandes empresas privadas nacionales
al más ambicioso proyecto de sustitución de cultivos, mediante “adopción” de
zonas.
Empresas del sector lácteo “adoptando” y apoyando
desarrollos lecheros; la infinidad de empresas proveedoras de alimentos para
hotelería, restaurantes y de consumo apoyando pequeños cultivadores de frutas y
hortalizas para conservas y enlatados; el sector confeccionista, vinculando
mano de obra para talleres; cementeras
apoyando explotación de calizas y derivados; sector financiero destinando
recursos con tasas de interés subsidiadas; grandes superficies apoyando cadenas
productivas de productos frescos; sector de alimentos apoyando cultivos de café
especiales, cacao, trigo, maíz, frijol y actividades pecuarias; el sector
turístico brindando oportunidades para el ecoturismo; agroindustria vinculando
cultivos de palma, banano, plátano, cítricos, etc.
La demanda externa, la miseria de los campesinos sojuzgados por los traficantes, las políticas gubernamentales desestimando la agricultura interna y la impasividad de las fuerzas armadas, han sido causas esenciales de este flagelo.
ResponderEliminarMaravilloso escrito, todo lo que vaya en beneficio de nuestros campesinos y de producir frutas y verduras le conviene al pais. A propósito que se hicieron el mortiño, el chachafruto y el árbol del pan?
ResponderEliminar