La bondad de periodos extendidos
En las últimas semanas el Congreso, y
puntualmente la Comisión Primera de Cámara, analizan en primer de ocho debates,
la posibilidad de extender los actuales periodos de Alcaldes y Gobernadores.
Aunque algunos expertos consideran
anticonstitucional la iniciativa presentada, respaldada por bancadas de Cambio
Radical y de La U, ella perdió fuerza, como los huracanes caribeños, cuando
tocan la tierra firme de otros partidos y se agita el debate ampliamente.
Lamentablemente, los argumentos expuestos,
fueron tan débiles, que la iniciativa se fue hundiendo. Se fue desenmascarando
la motivación interesada de la política tradicional, acostumbrados a la hipoglicémica
“mermelada”, ante
la postura firme del gobierno Duque de una administración alejada de viejas y
amañadas costumbres que tan solo favorecieron con contratación pública a pocos
ciudadanos y con poco beneficio al bien común.
Lastimosamente también se desgastó un tema
tan importante para la democracia de la nación, en argumentos frívolos,
bizantinos y banales de quienes tan solo buscan protagonismo y reconocimiento
mediático ante su fugaz y tinieblo paso por el Congreso.
Argumentar el ahorro de la jornada electoral
es tapar el sol con las manos.
Se olvidan rápidamente que ellos mismos
aprobaron la consulta anticorrupción, gasto innecesario favoreciendo
detractores del actual gobierno, aprovechando la coyuntura como plataforma electoral
por cuenta del erario. Y oídos sordos a lo establecido en la norma electoral de
consultas internas o interpartidarias sufragadas con recursos del fisco
nacional.
Igual se olvida el despilfarro de hinchar la
estructura administrativa del estado, sin razón técnica administrativa alguna,
diferente a crear infinidad de cargos con duplicidad de funciones fortaleciendo
burocracias partidarias, llevando el presupuesto a la contratación excesiva de
deuda pública alinderándose peligrosamente a la regla fiscal que visualiza que el nivel de
gasto tiene que ser consistente con los ingresos estructurales de la Nación sin generar déficit alguno.
No obstante la superficialidad con la cual se trato la iniciativa e
independientemente de la politiquería detrás de la propuesta legislativa, extender
los periodos o permitir la reelección de actuales alcaldes y gobernadores
permitiría castigar los mediocres y premiar los buenos gobernantes.
Las ciudades norteamericanas permiten la reelección. Aunque algunas
limitan a dos periodos consecutivos, los elegidos proyectan sus metas al
periodo extendido, aprovechando los primeros años en administraciones
prístinas, transparentes y cumplimiento de promesas electorales. Thomas J.
Bradley, gobernó la ciudad de Los Ángeles por veinte años, Richard M. Daley,
fue alcalde de Chicago por 22 años y su padre Richard J. Daley por 21 años,
Michael Bloomberg sirvió Nueva York por 12 años, todos ellos en periodos
consecutivos, ejemplarizando la bondad de periodos extendidos.
Para nosotros sería elemental que las propuestas de los candidatos y
planes de desarrollo, una vez elegidos, contengan iniciativas de largo alcance
acompañados de proyectos de planificación urbana organizada con visión de
nuevas densidades y usos renovados del suelo, fortalecimiento de sistemas de
transporte masivo urbano y regional, obras de infraestructura primarias,
secundarias y terciarias, servicios públicos con proyección a mediano plazo, robustecimiento
del principio de autoridad ejerciendo seguridad, generación de oportunidades de
emprendimiento en el mundo globalizado y defensa del sistema eco ambiental
urbano y regional, sumada a mejor uso de recursos y vigencias futuras.
Ojala el paso de la iniciativa continúe, pero esta vez con análisis
juicioso de soluciones prácticas a nuestra cultura inmadura y perjudicial de
inmediatez y miopía democrática.
Ha llegado el momento de extender el periodo de
nuestros gobernantes
Dice que el Gobierno Duque se aleja de lo tradicional y de las viejas prácticas y amañadas...que tan lejos está señor de la realidad!
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