¿Qué está haciendo usted para salvar al planeta?

Tsunami en Indonesia, terremotos en Haití y Nueva Guinea, huracán devastador en Estados Unidos, incendios forestales en California y Europa, sequias e inundaciones globales son apenas algunos fenómenos que en las últimas semanas han azotado el mundo. Alarmas que la naturaleza nos envía como señales maternales que estamos abusando de ella.
El más reciente informe científico del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés) alerta y alarma que los recientes azotes de la naturaleza corresponden a tan solo un incremento de 1.0 grados Celsius en la temperatura global.
Pero quizás lo más preocupante del informe para la supervivencia de la humanidad es que un casi imperceptible aumento de la temperatura global a 2.0 grados Celsius podría ocurrir tan cerca al año 2030, es decir en doce años, de no reversarse la tendencia del cambio climático y consecuente calentamiento. Desafortunadamente el efecto invernadero ya producido por el uso de combustibles fósiles, generando emisiones de CO2, no desaparece tan rápido como quisiéramos, pues la atmosfera tardaría entre treinta y cincuenta años para absorberlo.
Sin ser fatalista, sino realista, el informe deja entrever que la naturaleza se acomodará a los cambios de los ecosistemas arrasando con las barreras coralinas de los océanos, derritiendo algunas capas polares con lo cual los océanos subirían su nivel, poniendo en riesgo las poblaciones costeras del mundo entero. Serán más frecuentes huracanes violentos, sequias, altas temperaturas, inviernos atroces e inundaciones afectando severamente la producción de alimentos.
Tenemos que reducir el uso energético basado en hidrocarburos.
Deben replantearse el uso de motores de combustión, plantas térmicas, y el abuso que hacemos del plástico, subproducto del petróleo, no por su practicidad sino por la equivocada disposición y lenta biodegradación en vertederos sanitarios y los océanos.
Las cinco islas de plástico, dos en el Pacifico, dos en el Atlántico y una del Indico, siendo la más grande equivalente en tamaño a España y Portugal simbolizan nuestra irresponsabilidad con el planeta.
La paquidermia del estado impide dar solución eficaz al problema.
Colombia lleva casi dos años cobrando el uso de la bolsa plástica convirtiéndose en tributo para las corruptas arcas recaudadoras. No percibimos que ese cobro se revierta en concientización eco ambiental, ni desarrollos contributivos al cambio climático, ni proyectos de cooperación, ni el simple cambio de bolsas plásticas a bolsas de papel en grandes superficies, almacenes de cadena y comercio en general.
Por ello, la responsabilidad recae individualmente en cada uno de nosotros. Dediquemos esfuerzo en prácticas de nuestro diario vivir. Reflexionemos y hagamos un análisis y balance de nuestros hábitos de uso energético y disposición de residuos. Pensar en costosas inversiones de cambiar hacia vehículos eléctricos, uso de paneles solares fotovoltaicos o de energía eólica es utópico e impráctico.
Sembremos arboles, reciclemos en la fuente, ahorremos agua, caminemos mas, circulemos menos en vehículos son sencillas acciones en las cuales todos podemos contribuir. Nuestra responsabilidad y legado es dejar a nuestros hijos y nietos, como inquilinos temporales, un mejor planeta que el que recibimos de nuestros padres.

La pregunta es simple. ¿Qué está haciendo usted para salvar al planeta?

Comentarios

  1. Sacar las reservas de hidrocarburos conocidas, probablemente eleve la temperatura global por encima del mítico 2 °C.

    Greenpeace tiene un proyecto en Colombia que busca prohibir el plástico

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  2. Peor aun, en caso de derretirse el permafrost polar, el contenido de metanol liberado elevaria la temperatura ostensiblemente y el efecto invernadero empeora.

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