No sigamos rasgándonos vestiduras sobre Hidroituango

Hasta hace unos meses Ituango era una población desconocida en Colombia. La pequeña y apacible población incrustada en las escabrosas montañas antioqueñas, con menos de diez mil habitantes, atravesada por el río Cauca, había sido paso de conquistadores españoles en el siglo dieciséis y lugar de arduas batallas con los guerreros nativos tuangos.

Cuatro siglos después, conquistadores modernos, en busca esta vez, no de oro sino de otra fuente de riqueza, pusieron la mira en la olvidada región. Aprovechando su topografía se podría crear el más ambicioso proyecto hidroeléctrico, para la seguridad energética del país, generando el 16% de la demanda, consolidándose Antioquia como la principal fuente de suministro.

Los aguerridos “paisas”, definidos por su “noble ancestro de Don quijote y Quimbaya”, como lo cantaron Garzón y Collazos, acometieron el proyecto de Hidroituango, cuyo costo presupuestado cercano a los US $ 3 mil millones, lo convertía en la mas costosa obra de infraestructura hidroeléctrica del país.

La serenidad de la adormilada montaña y su reposado río fueron despertados por el incesante rugir de maquinaria, explosivos y movimientos desestabilizando la estructura que la naturaleza había forjado. 

Haciéndose sentir y tratando de sacudirse de millones de toneladas de concreto que los estaban cubriendo, montaña y río empezaron a ajustarse a su nueva vestimenta. Con el desequilibrio y desestabilización rebelde, empezaron a aflorarle al proyecto mayores cantidades de obra, sobre costos y rediseños acrecentando los riesgos ecológicos y alarmas a poblaciones vecinas.

Ante estos hechos sobrevinientes el resonar de alarmas despertaron el interés colectivo. En poco tiempo, autoridades, gobierno, medios y el ciudadano común convertidos en peritos versados de obras de ingeniería practicaban el deporte nacional de señalar responsables desde lo moral hasta lo divino.

Los entes de control, pasivos e inalterables, embriagados en sus mieles burocráticas, encontraron en Hidroituango, excusa perfecta para navegar en su habitual océano insulso de protagonismo. 

Los gobiernos central, regional y local disputándose, como en carrera contra reloj, el rol de salvaguardas de la indefensa población civil ante el peligro amenazador.  

La empresa responsable del proyecto convertida en estudio cinematográfico de una traginovela, entregando diariamente a medios nuevos capítulos de temor, desespero y esperanza.  

Los defensores del medio ambiente, ahogados en pozos de silencio del daño ecológico del impacto de voladura de oleoductos, invasiones ribereñas, minería ilegal que destruye lechos y cuencas ribereñas cargadas de mortífero mercurio, que arrasan con flora y fauna, ahora enarbolan la bandera proteccionista buscando responsables.

Dejemos a un lado la rasgadura de vestimentas, que no estamos en un funeral. 

Hidroituango dejará profundas enseñanzas de convivencia, perseverancia, tenacidad, superación y pensar en grande. 

Saldremos airosos y triunfantes de este episodio.

Comentarios

  1. Ituango ha sido noticia hace muchos años, cuando los paramilitares orientados por Alvaro Uribe a punta de masacres desplazaron a los campesinos de la zona para ejecutar el proyecto Hidroituango. Basta consultar los periodicos de finales de los noventa y comienzos del 2000.
    Geologos y ambientalistas advirtieron de los riesgos del proyecto. La diligencia hizo oidos sordos. No se trata de moral divina se trata de un crimen descomunal plenamente advertido.
    En 2015 ante los atrasos del proyecto se decidió acelerar las obras y empezaron las chambonadas que llevaron a la tragedia de hoy.Eso lo dicen los expertos chilenos y norteamericanos contratados
    La verdad es que hoy, como lo dijo el gobernador de Antioquia, la invertidumbre es total y no se sabe la suerte del proyecto.
    Los expertos suizos contratados estudian la situación para determinar la viabilidad del proyecto.
    El rio Cauca lo destruyeron y pasaran centenares de años para reestablecerlo. Eso fue un crimen sin funeral que afectará no solo la flora y fauna sino millones de habitantes aguas abajo. Lo afirman los expertos.

    No veo desde el punto de vista de ingenieria razón para el optimismo.

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  2. Totalmente de acuerdo, no hay motivo de alegría ni de regocijo de aquella "raza pujante"....Bajo sus aguas quedaron los restos de las personas desaparecidas por las manos negras de los intereses de este proyecto....
    La migración de peces está contemplada? Podrán remontar aguas arriba?...

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  3. Los "aguerridos paisas" que se embarcaron en el proyecto tuvieron una alta dosis de avaricia.

    Desde que se construyó el Guavio los expertos recomendaron no volver a hacer mega proyectos de generación eléctrica, precisamente por las consecuencias ambientales.

    El Guavio puso a drenar ríos de la vertiente oriental en la vertiente central y las inundaciones se intensificaron.

    Claro, debemos desear que EPM supere la dificultad, es una de las grandes empresas del país, además es pública y mal que bien esta poniendo la cara ante las comunidades.

    Otro sería el cantar si hubiese sido una empresa privada. Ya estuviera atrincherada en leguleyadas demandando a la nación.

    No deseamos de ninguna manera que a EPM le toque la suerte de EMCALI con los US$1000 millones que pagamos por la turbina de 238 megavatios de Termoemcali que termino debilitando a la ciudad y a la que fue la primera empresa del departamento y una de las primeras del país

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