Vías para el desarrollo del Valle geográfico


El Valle del Cauca se ha destacado por tener la mejor infraestructura vial de la nación. Su desarrollo es motivo de orgullo regional.

En su gobernación, Carlos Holguín Sardi lideró tener pavimentada la conexión de los 42 municipios e impulsó la construcción de una de las primeras vías por concesión en el corredor Buga-Tuluá. Ese tramo fue la primera pieza de lo que se convertiría en la autopista mas importante del Valle geográfico del Rio Cauca. Hoy construido en doble calzada, con excepción de pocos kilómetros, desde Santander de Quilichao hasta el Valle de la Virginia en Risaralda, donde entrega la vía a complejas obras de viaductos y túneles que atravesarán la difícil topografía cordillerana del occidente, interconectando las regiones de Cauca, Valle, Risaralda, Caldas y Antioquia. 

Desafortunadamente por inconvenientes del concesionario y terminación de plazos, Invías recibió a partir de noviembre de 2018 la infraestructura vial, promediando recaudos cercanos a los $ 20 mil millones mensuales, ilógicamente sin haber realizado las apropiaciones presupuestales necesarias para su mantenimiento. Esta equivocación, propia de la paquidermia burocrática estatal, alteró el cronograma de mantenimiento integral y servicios de operación. 

El gobierno central, a través de sus duplicadas agencias ANI e INVIAS, iniciaron el tramite licitatorio para la concesión del corredor, incluyendo el recaudo de peajes, proceso que no estará funcionando operacionalmente sino hasta el segundo semestre del año. 

La destinación de los recursos recaudados durante el primer semestre, los cuales se aproximan a la no despreciable suma superior a $ 100 mil millones, deberán ser invertidos en la región y no en partidas para el funcionamiento del enorme aparato estatal.

Los tres corredores viales, el central, la vía panorama y la interminable vía al mar, requieren, no solamente mantenimiento rutinario, sino la continuidad de obras para seguir dotando su impecable infraestructura. Deben incluirse los intercambiadores en las entradas y salidas de los centros urbanos, que permitan fluidez en la movilidad tanto de transporte de carga como de pasajeros. 

No obstante, el 70% de la infraestructura nacional es terciaria, según la Asociación Nacional de Instituciones Financieras (ANIF) tan solo recibe menos del 0,7% del valor recaudado por concepto de peajes para su mantenimiento. 

Se requiere mayor inversión en vías terciarias cordilleranas, fundamentales para el desarrollo rural, que acercan al pequeño productor a los centros de consumo. El descuido de la red terciaria es propio del centralismo capitalino, cómodamente regulando y reglamentando desde la comodidad de escritorios climatizados en la altiplanicie burocrática nacional.

El novedoso plan Colombia Rural del presidente Duque jamás despegará de su concepción académica si no adjudica a las regiones, a través del Plan de Desarrollo, recursos de regalías y participación de los departamentos y municipios beneficiados, para completar la red terciaria. 

Para los departamentos cafeteros, y en especial el Valle, Cauca y Nariño, representan la viabilidad de casi un millón de hectáreas rurales, beneficiando igual numero de unidades productivas familiares, organizaciones campesinas, resguardos indígenas ancestrales, vigorizando el desarrollo socio económico sostenible que requieren zonas azotadas por el cruento conflicto armado y abandono del estado.

La bancada parlamentaria del Valle, gobernadores y alcaldes, deben unir esfuerzos con las bancadas de los departamentos vecinos conducentes a viabilizar el mas ambicioso proyecto de desarrollo para ser incluida la iniciativa regional en el Plan de Desarrollo Nacional, acertadamente conocido como PACTO POR COLOMBIA, PACTO POR LA EQUIDAD.

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