El reto planificador de la nueva movilidad
La pandemia ha modificado sustancialmente nuestro diario vivir. La omnipresencia de la virtualidad, el inusitado crecimiento de novedosos sistemas de interconexión, el comercio electrónico, la facilidad de realizar transacciones financieras y pagos en línea, el dinámico desarrollo de las plataformas de servicios domiciliarios, todos acompañados del uso cotidiano de avances tecnológicos al alcance de dispositivos móviles, han transformado nuestra existencia.
A lo anterior se suma el resultante efecto de absurdos, irresponsables y vandálicos bloqueos y paros que afectaron el desarrollo socio económico de nuestra sociedad. El condenable accionar destructivo de la infraestructura de los sistemas de transporte masivo con cientos de estaciones destruidas, centenares de buses articulados incinerados e inseguridad reinante, desarticularon el sistema metódico y organizado de movilidad de la población.
Los sistemas urbanos de transporte masivo no habían logrado puntos de equilibrio entre la oferta y demanda real de pasajeros. Para el caso particular de Cali, el MIO, concebido errónea y equivocadamente para generar una cifra cercana al millón de viajes diarios, apenas alcanzó, en su mejor momento, la mita de ese volumen. Hoy apenas moviliza la quinta parte de la equivocada demanda hipotéticamente planteada. Es obligación del estado intervenir económicamente frente el descalabro de los sistemas erróneamente concebidos.
La demanda, cada día mas menguada, tanto por las anteriores consideraciones como por las soluciones tecnológicas e innovadoras que hemos presenciado, han disminuido la necesidad de realizar tareas presenciales. No obstante, oficios que requieren presencialidad, como el caso de operarios de plantas de producción, servicio presencial al cliente, servicios de salud y ante la incertidumbre de la movilidad se han buscado y encontrado soluciones individuales de transporte, inclusive acudiendo al transporte informal, con ventajas de tiempos de recorridos, demoras y costos.
https://guillermoulloatenorio.blogspot.com/2020/07/el-futuro-del-transporte-masivo.html
La venta de motocicletas ha crecido un 58,4% en el primer semestre de este año. La importación de bicicletas aumentó un 170% comparado al año 2020. Cifras que respaldan el contexto del nuevo reto de movilidad que afrontan los entes de planificación urbana de las principales ciudades del país.
El reto cambia sustancialmente la forma que planificamos la ciudad.
No podemos quedarnos en modelos y esquemas de planificación del pasado. Es obligación de la administración publica, desde el Ministerio de Transporte, transversalmente a las secretarias de movilidad, de transito y los respectivos órganos legislativos nacionales, departamentales y municipales asumir nuevas posturas frente a una nueva realidad.
La infraestructura vial urbana debe reorientarse hacia corredores de redes integradas de ciclo vías y ciclo rutas, debidamente trazadas, con modernos elementos de seguridad vial, semaforización inteligente, dotadas de adecuada iluminación, señalización acorde al respeto hacia el bici usuario y peatón, parqueaderos afines e integralidad con otros medios de transporte. Con igual importancia los órganos planificadores deben introducir modelos de infraestructura vial que permitan la uniforme, ordenada y organizada circulación de motocicletas.
La realidad de los sistemas de transporte masivo cambió sustancialmente y con ello la responsabilidad de la autoridad de movilidad. Es una oportunidad de transformación de la ciudad de Cali, de equivocadas soluciones de transporte colectivo a la realidad tanto de la necesidad poblacional como su solución individual, aprovechando el espacio, el clima y la frondosa arborización propia de los separadores viales de la ciudad.
Cali debe ser modelo de ciudad verde contemporánea, menos contaminada y mas amigable.
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