Génesis de la izquierda

 


En agradable, ameno e inteligente conversatorio, los columnistas de caliescribe.com escucharon los planteamientos de Santiago Castro Gómez. No obstante se habló de la importancia del Departamento en el contexto nacional y global, quizás lo más destacable es su referencia acuñando el término “Genesis de la izquierda”, es decir el equivocado concepto que pretende indicar que antes de la izquierda nada existe.

 

Los ejemplos son claros. Cuba era la más prospera isla caribeña en las décadas previas a la revolución. Si bien es cierto se requería ajustes al aparato productivo con beneficio directo a los obreros, estigmatizar y acabar con la importancia del capital, de paso castigando el desarrollo económico, la llevó a una pobreza generalizada, estimulando la migración en precarias embarcaciones, con tal de abandonar la isla.

 

Cincuenta años después de la revolución cubana, lo mismo sucedió en Venezuela. Se debilitó el aparato productivo, cayeron estrepitosamente las exportaciones de petróleo, se registraron niveles de inflación de seis dígitos, se empobreció el país y su población, y al igual que Cuba, el éxodo de mas de siete millones de venezolanos encontró refugio en otros países. 

 

Según su ideología nada de lo que se tenía anteriormente valía la pena conservar, mejorar e impulsar. La persecución al capital es sinónimo de cambio ideológico. El génesis de la izquierda es precisamente la plataforma ideológica que considera que nada existe previamente y debe borrarse totalmente lo construido.

 

Me hizo acordar cuando Angelino Garzón llegó a la gobernación en el 2004 e implantó la misma postura. Todo lo anterior a su llegada no servía. A partir del momento de asumir el poder, los cambios insensatos, sin análisis juiciosos, eran fundamentales. Borrón y cuenta nueva.

 

En el caso de la ILV, cerró la destilería sin justificación alguna, se perdió la venta de catorce millones de litros anuales, se desatendió la demanda, y el personal cesante tuvo que ser indemnizado. La despensa de alcohol, para el sector licorero y farmacéutico, que atendía la ILV se entregó a los comerciantes que desde Brasil y Ecuador importaban el producto. Hoy 20 años después, el esfuerzo de un consorcio privado suple la demanda de alcohol, entregando una pequeña participación a la ILV, retomando el rumbo perdido hace veinte años.

 

En el 2003 se había logrado apropiar, en una fiducia, el 50% del pasivo pensional. Pocos años después, el cambió ideológico obligó al desmonte de la fiducia y ese ahorro se convirtió en capital de trabajo, mejor dicho en plata de bolsillo. Hoy el pasivo pensional supera los $ 100 mil millones, que año tras año tiene que pagarse contra el resultado operacional.

 

Consideró, infundadamente, y en precarias consideraciones jurisprudenciales, dar por terminado el contrato de distribución. Muy seguramente, ese cambió, aun se debate en los tribunales.

 

En fin, la génesis de la izquierda hizo trizas lo que con mucho esfuerzo y por décadas se había forjado.  

 

El ejemplo parroquial, igualmente valido, es una advertencia al cambio que desde la presidencia, se quiere emular.


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