XENOFOBIA

 

 

Proviene del griego “xenos” traducido como extranjero y “fobia” que significa miedo o temor, lo cual se deriva como “rechazo al extranjero”. A Donald Trump se le calificó como xenofóbico por sus constantes declaraciones sobre la amenaza migrante a Estados Unidos.


La semana pasada en Atlanta, en el estado de Georgia, Estados Unidos, un joven de raza blanca perpetró en varios establecimientos de masajes atendidos por mujeres de etnia asiática. Robert Aaron Long fue acusado de ocho cargos de asesinato relacionados con los ataques. 

 

El crimen ha sido rechazado enérgicamente por el presidente Biden y su Vicepresidente Kamala Harris, ella de origen asiático. El confeso asesino declaro se trataba de crímenes pasionales. No obstante, los hechos consternaron las comunidades de inmigrantes, quienes han observado un aumento en crímenes con motivación racial. 

 

En Bogotá, Edwin Caro Gómez, un joven patrullero fue asesinado, en cumplimiento de su deber, por un ciudadano venezolano. El crimen dejó perplejidad y dilema en la situación de los mas de 2 millones venezolanos, que han buscado residencia en Colombia, huyendo del fracaso del modelo socio-económico de ese país bajo el régimen socialista castro-chavista de Nicolás Maduro. 

 

Lamentablemente la alcaldesa Claudia Nayibe López, en polémicas declaraciones se refirió de manera xenofóbica, relacionando este hecho con la inseguridad que vive la capital, atribuible a presencia de migrantes venezolanos. La misma Secretaría de Seguridad capitalina registra que tan solo el 2% de hurtos a personas involucran migrantes. 

 

Aunque unos días después pidió excusas por sus impulsivas e irresponsables declaraciones despertó un sentimiento estigmatízante.

 

A principios del mes de marzo, en hechos no relacionados, una joven pareja venezolana en el rebusque diario, fueron atacados, propinándole al esposo heridas con arma blanca. El agresor, posteriormente judicializado, gritó en el momento de los hechos, “¿Qué hacen aquí?, ¡esto es Colombia!”.

 

El éxodo, comparable con Siria, de millones de ciudadanos honrados y trabajadores en busca de nuevos horizontes, es una realidad que el país tiene que afrontar. Recientemente el presidente Duque otorgó estatus de protección hasta por diez años. Es un principio de formalizar el empleo migratorio, en razón al 90% viven de la economía informal.

 

https://guillermoulloatenorio.blogspot.com/2018/09/migrantes-venezolanos-impulsan-economia.html

 

Los organismos de seguridad e inteligencia del estado son los indicados para enfrentar y buscar mecanismos de control ante estos hechos protuberantes. Las bandas criminales y redes organizadas colombianas, asociadas al narcotráfico, ejerciendo crímenes de extorsión, micro tráfico, robo de celulares, entre otros, han encontrado una nueve fuente de recurso barato y necesitado, para perpetrar delitos. El estatus de migrante, quienes al igual que menores de edad, acudirán como excepción para evitar ser procesados y judicializados, dada su condición, escudándose en largos procesos de extradición, sería intolerable. Ojalá las autoridades judiciales sean lógicas en el momento de impartir justicia que los hechos son cometidos en Colombia y no es procedente la extradición. 

 

Equivocaciones de expresiones xenofóbicas como las de la alcaldesa son lo que menos necesitamos para enfrentar la inseguridad rampante de nuestras ciudades.


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