Alumbrado público; ¿Vale la pena cazar una pelea perdida?
La concesión de alumbrado público fue
suscrita en el año 2000 con plazo de quince años. Las obras contempladas en el
diseño del MIO permitieron ampliar el plazo, de mutuo acuerdo, por dos años
adicionales, llevando su vencimiento al 2017. EMCALI estudia la posibilidad de
terminar el contrato en Julio de este año desconociendo el otrosí que prorrogó
el término.
Previo al año 2000, cuando EMCALI tenía a su
cargo el alumbrado público, la ciudad registraba un 30% de su cobertura apagada
en razón al precario mantenimiento que realizaba la empresa. Hoy se registra el
1% de su cobertura apagada, relación envidiable en mantener la infraestructura
en óptimas condiciones de prestación del servicio.
Las concesiones deben ser analizadas en su
contexto y el resultado de su operación evaluada técnicamente, sin estigmatización,
ni sentimientos pretéritos del macartismo. En este sentido el concesionario ha
prestado un servicio diligentemente. Los años de intervención de EMCALI y falta
de política pública coherente no permitieron un mejor desarrollo de la
concesión.
Aunque EMCALI tiene la capacidad operativa de
atender el alumbrado público, los costos de personal son cinco veces superiores
al del concesionario. La capacidad de respuesta, comprobada en los otros
componentes de Acueducto, Alcantarillado, Telecomunicaciones y Energía, es infinitamente
inferior en razón al excesivo trámite burocrático estatal.
Los interventores, tanto de EMCALI, como del
Municipio han sido pasivos y negligentes en sus compromisos y han permitido que
la cartera a cargo de EMCALI y a favor del concesionario llegue a la no
despreciable suma de $ 87 mil millones. Cada una de las reclamaciones del
concesionario no han sido atendidas, concertadas y solucionadas oportunamente
elevando el monto con la acumulación de intereses financieros.
El recaudo por concepto del servicio fue
transferido por catorce años a un fondo fiduciario, mecanismo ágil y seguro
para respetar los compromisos hacia el concesionario. La actual administración
municipal liquidó el fondo y recaudos por $ 27 mil millones forman parte de las
cuentas de tesorería a cargo. La indebida apropiación de recursos del
contribuyente, con destinación especifica, alinderan la presunción de delitos
penales, fiscales y disciplinarios para el Alcalde, como primera autoridad
municipal, extensiva al Gerente General, al interventor de EMCALI como al
Director y Subdirector del POT y Servicios Públicos de Planeación Municipal.
La terminación unilateral del contrato en las
condiciones actuales de incumplimiento por parte de EMCALI la llevaría a una
demanda superando con creces los $ 87 mil millones adeudados más los perjuicios
que la rama judicial le conceda al demandante.
EMCALI, en vez de arriesgarse judicialmente
en terminar ilegalmente un contrato de concesión acreditado, debe focalizar sus
esfuerzos hacia la reducción de pérdidas en energía y acueducto, dar pronta
solución a la problemática de turbiedad del agua, ser competitivos en
telecomunicaciones, planificar la empresa hacia el desarrollo local y regional
a cincuenta años y adaptar la empresa a un modelo gerencial moderno, eficiente
y eficaz.
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