Torre de Comunicaciones de Cali


Las transmisiones inalámbricas de señales de radio y telecomunicaciones han dado paso al arcaico sistema de cables aéreos o de conducción subterránea. En las ciudades modernas se han colocado un sinnúmero de elementos de diferentes especificaciones y alturas sobre azoteas de edificios y zonas públicas para intercomunicar el considerable número de usuarios.

Numerosos edificios alojan pequeñas estructuras que permiten la interconectividad del sistema celular, enviando y recibiendo señales de todos los teléfonos móviles que se desplazan por su zona. Afortunadamente el peso de estos elementos no hace mella en la estructura de la edificación y se soportan sin problema.
Los campos electromagnéticos que generan las antenas obligan a las autoridades a reglamentar su ubicación. Países desarrollados han establecido normas que obligan a situar las antenas con distancias hasta de 500 metros de lugares habitados. Las últimas recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS) pide el alejamiento de los colegios, hospitales, centros geriátricos, en prevención a su impacto negativo hacia niños y ancianos, quienes pueden ser los más afectados por una exposición continuada.
A las anteriores consideraciones se suma la contaminación visual de las mismas estructuras, desluciendo la ciudad y lugares aledaños a su ubicación.
Las ciudades modernas han construido torres centralizadas, estructuras arquitectónicamente imponentes, que se convierten en hitos turísticos. 
Hace tres años Tokio inauguró la torre de comunicaciones más alta del mundo, Tokyo Skytree, con 634 metros de altura, a un costo aproximado de US $ 800 millones, sobrepasando la similar estructura ubicada en la ciudad china de Guangzhou. Ciudades como Toronto, Moscú, Shanghái, Teherán, Kuala Lumpur, Pekín, Las Vegas, Sídney, entre otras, han convertido el problema en solución práctica de comunicaciones y en los más visitados miradores del mundo. Nueva York abrió, finalizando el año pasado, las puertas al edificio World Trade Center, en el mismo lugar de las derribadas Torres Gemelas y, sobre su cubierta, la estructura de comunicaciones llamada Torre de la Libertad.
Cali, tradicionalmente, ha permitido que las antenas se coloquen en la parte alta de sus cerros tutelares. El edificio Torre de Cali, se convirtió en el apetecido lugar por su altura y ubicación central permitiendo excelente cobertura al centro poblado de la ciudad. Ambos impresionan por aportar la mayor contaminación visual de la ciudad.
La ciudad debe buscar, bajo la iniciativa, liderazgo y coordinación de EMCALI, el sitio ideal para construir la primer torre de comunicaciones de Colombia, dando albergue a los transmisores de comunicaciones generando, además, una oportunidad de ingresos importantes.

Se despeja la contaminación visual de sus cerros, proliferación innecesaria de numerosas estructuras pequeñas, impactos negativos de salud y de paso convirtiéndose en un nuevo atractivo turístico de ciudad. 

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