El empleo es la mayor preocupación de los caleños


El juicioso análisis sobre comportamientos ciudadanos plasmados en el programa Cali cómo vamos,dejan un diagnostico preocupante de la comunidad en su percepción de Cali como ciudad. En la encuesta del programa los caleños piensan mayormente que las cosas en la ciudad van por mal camino, a diferencia de lo que se encontraba en la medición del año 2013.

La mayor preocupación es la falta de oportunidad para una adecuada oferta de empleo formal.
Tradicionalmente, el estado, en todas sus instancias, nacional, departamental o municipal, ha impulsado la generación de empleo directamente, presupuestando y ejecutando obras civiles de infraestructura.
Aunque esta iniciativa genera empleo inmediatamente, una vez culminada la obra, desaparece la oferta y por ende, esa mano de obra no calificada, en el mejor de los casos, ingresa a la informalidad. Ahí desempeña diferentes oficios, la mayoría para satisfacer sus necesidades básicas familiares, en espera que el estado genere nuevas oportunidades.
El estado no puede continuar siendo quien genere oportunidades de empleo, a través de sus presupuestos de inversión o la burocratización de la administración. En este sentido, aunque la responsabilidad de la oferta no es del estado, sí es compromiso brindar condiciones que faciliten su generación.
Consecuente con el análisis de percepción de la encuesta de Cali cómo vamos, la ciudad registró en 2014, una tasa de desempleo del 13.1%. La reducción fue de un punto porcentual comparativamente al año anterior, continuando con 4 puntos por encima de la media nacional que fue de 9.1 %. 
El Grupo Banco Mundial, en reciente estudio “Doing Business in Colombia”, clasificó la ciudad de Cali, en el aspecto de la facilidad para hacer negociosen el ámbito nacional con el deshonroso puesto 21º de 23 ciudades colombianas estudiadas. El primer lugar con mayor y mejor desempeño en simplificación de trámites es Manizales.
El alcalde de la ciudad, mancomunadamente con el sector gremial, fundacional, la dirigencia empresarial y de la mano del Concejo Municipal debe liderar, no solamente una reforma que elimine y facilite los trámites actuales para formalizar un negocio sino fortalecer e incentivar los esfuerzos que realizan entidades como la Comisión Regional de Competitividad.
La ciudad, pese a la presión de las olas migratorias del pacífico y sur occidente del país, debe continuar con un derrotero de competitividad.
Cali ha reducido su tradicional vocación industrial hacia una ciudad de servicios, de comercio, un pujante y dinámico sector de salud, hotelería y restaurantes. Importante continuar impulsando zonas francas en todos y cada uno de estos sectores generadores de empleo formal. Su insuperable ubicación geográfica, acompañada de la cordialidad y formación de su población, le brindan oportunidades que la globalización ofrece.
Es una forma de derrotar el flagelo del desempleo e informalidad, origen de inseguridad y violencia.

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