Plan Vial y de Movilidad; Desafío caleño


En la última década, Cali ha duplicado su parque de automóviles y quintuplicado el de motocicletas. Las facilidades de crédito para acceder a su compra, abaratamiento de los precios, un mejor poder adquisitivo y el crecimiento de nuestra clase media son los resultados de este fenómeno nacional. Sí a esta situación complementamos la fragilidad del transporte masivo, en mejorar tanto el servicio como menor tiempo de recorrido, y carencia de un plan vial, Cali, en pocos años padecerá la “bogotanizacion” de su tránsito y movilidad.

Lo primero que requiere y necesita la ciudad, con visión a largo plazo, es un Plan Integrado Vial y de Movilidad. Por esa razón observamos obras puntuales convertidas en desarrollo sin planificación.  Las 21 Megaobras de la administración anterior, entredichas por el actual Secretario de Infraestructura, quien considera no eran prioritarias, afirma nuestra apreciación.
Si no se tiene un Plan Vial estructurado, fundamentado en un Plan de Movilidad, basado en el principio del origen y destino de la ciudadanía la ciudad seguirá colapsando año tras año.
Los actuales corredores troncales del SITM requieren, al igual que el ente rector METROCALI, una reingeniería. Deben rediseñarse y reconstruirse algunas vías empleando hundimientos de sus calzadas, con lo cual se optimiza su tiempo de recorrido y mejor fluidez para las demás modalidades que cruzan sus corredores. METROCALI, debe cambiar su mentalidad de contratante de obra pública convirtiéndose en cerebro de logística de movilidad de pasajeros.
El SITM debe procurar alejarse de la maraña de vías compartidas, que interactúan con el pesado y lento tráfico de la ciudad. En este sentido es plausible la iniciativa de convertir algunos corredores exclusivos sobre algunas vías principales. Sin embargo ceder a favor del MIO espacio vial reduce la movilidad del trafico que hoy emplea su capacidad plena, a menos que puedan adecuarse vías paralelas para el tránsito de vehículos livianos, motocicletas y taxis.
Esto debe formar parte del complementario plan maestro de movilidad de ciudad, complementado con semaforizaciòn inteligente, empleando tecnología de punta para realizar las simulaciones, antes que convertir la ciudad en un laboratorio experimental.
Cali ha desaprovechado el actual corredor férreo como parte fundamental de la solución a la movilidad.
Hipotéticamente, los 43 kilómetros entre Jamundi, ciudad dormitorio y Yumbo, ciudadela industrial, que hoy requieren mínimo dos horas en su trayecto pueden convertirse en un recorrido menor a una hora, con pocas paradas en estaciones intermedias a su paso por la ciudad. Igual sucedería con el trayecto hacia Palmira, donde actualmente opera el tren de carga.
Soluciones lógicas para el “trancón” caleño existen sin optar por mecanismos represivos como aumentar el pico y placa, disminuir la velocidad máxima permitida y reducir espacio vial al actual parque automotor.
Autoridad, Movilidad, Oportunidad y Respeto es lo que requiere la ciudad.
Guillermo E. Ulloa T.

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